Estadio Deportivo5 min lecturaContra, de 42 años, vive a caballo entre su país y Madrid, donde reside su familia, lo que hace que el enfrentamiento contra los de Luis Enrique sea aún más especial para alguien que creció futbolísticamente como entrenador y jugador en España.
Militó en el Alavés, Atlético de Madrid y Getafe y llegó a jugar contra Sergio Ramos y Sergi Busquets, dos referentes de la selección española.
El técnico del país balcánico reconoce que la Roja no era uno de los favoritos contra los que le habría gustado jugar, pero confía en que sus futbolistas estén lo suficientemente motivados para plantar cara a una de las mejores selecciones.
"Podremos ganar a España si tenemos un poco de suerte, jugamos un partido perfecto y ellos pillan un día menos inspirado", cuenta a Efe por teléfono Contra, que asumió el cargo hace menos de 15 meses.
"En mi mentalidad como entrenador, siempre hay respeto hacia los grandes rivales, pero no hay miedo, es lo que intento transmitir", prosigue.
Natural de Timisoara, Contra cree que España y Rumanía han recalado en un grupo "equilibrado" -en el que están también Suecia, Noruega, Malta e Islas Feroe- y sabe que su meta es clasificarse.
"Somos un equipo que ha hecho un buen 2018. Somos un equipo que mezclamos la veteranía con jugadores jóvenes. He intentado llevar sangre nueva a la selección de Rumanía, tenemos una mentalidad que nos da la posibilidad de luchar contra cualquier rival", subraya.
A Contra le gusta el 4-3-2-1 porque lo ha utilizado bastantes veces durante su carrera, pero también admite que tiene en consideración el 4-3-3 y que ha probado el 4-4-2 últimamente: "La táctica se cambia continuamente dependiendo de las cualidades del rival".
El seleccionador rumano asegura que trabajará para intentar sorprender a Suecia y Noruega, de los que dice que "son equipos muy ordenados, muy fuertes físicamente que crean mucho peligro a balón parado y que no se dan por vencidos hasta que acaba el partido".
"Tanto a nosotros como a España, aunque diferentes, nos gusta jugar un poco más el balón y tenemos jugadores físicamente menos fuertes, así que tendremos que sorprender de diferente manera", asegura.
"Son selecciones que nos van a hacer sufrir", advierte.
Para lograr el pase a la fase de grupos de la máxima competición europea, una de cuyas sedes estará en Bucarest, Contra deberá resolver una asignatura pendiente: el ataque.
"Tenemos que mejorar mucho el tema ofensivo, somos un equipo que genera ocasiones, pero que marca muy pocos goles. Hemos mejorado bastante defensivamente, somos un equipo que recibimos pocos tantos, aunque el bloque debe seguir reforzándose", indica.
Para ello, Contra confiará en los jóvenes como Ianis, hijo del exmadridista y exbarcelonista Gica Hagi, que ha demostrado su enorme calidad en la selección de Rumanía sub-21.
"Algunos jóvenes van a dar el paso para subir al primero equipo y esperemos que lideren la ascensión de la selección en los próximos años", afirma.
Sin embargo, el combinado rumano actual carece de un referente que le permita dar un salto de calidad en el fútbol europeo.
"Nos falta esa figura, pero estoy yo allí. Hay jugadores que pueden asumir este rol, pero todavía no lo están haciendo, espero que lo hagan en los próximos partidos", añade.
"El entrenador tiene que ser uno de los líderes y saber transmitir una idea a sus jugadores; hasta ahora, han captado bien mi mensaje", señala Contra, consciente de la importancia de clasificarse porque, en ese caso, su selección disputaría por primera vez una Eurocopa en su país.
"Hay que lidiar con esa presión, sería un paso adelante si consiguiéramos jugar ese Europeo", concluye Contra.