El técnico consideró que en el primer año, el partido de ida en París fue "de alto nivel" y acabó con un 4-0 a su favor. "En la vuelta nos eliminaron porque no existía el VAR todavía (6-1), claramente nos eliminaron por decisiones arbitrales", señaló. "El segundo año, contra el Madrid, perdimos contra un equipo que firmó un triplete histórico y, aun así, en el partido de ida habría que hablar del arbitraje también", agregó.
El entrenador aseguró que pasar del Sevilla al PSG fue "subir un escalón o más" porque aprendió "la exigencia de ganar obligatoriamente". Pero reconoció que tuvo muchos problemas para imponer su discurso a la plantilla, a lo que se sumaron las lesiones de algunos de sus jugadores más importantes como Neymar antes de la vuelta contra el Madrid. "A los diez minutos (del partido de vuelta) ya me di cuenta de que no nos clasificábamos", aseguró.
Emery afirmó que fue él quien convenció a Neymar de venir al PSG con el discurso de que harían un equipo que girara entorno a él. Indicó que el brasileño necesitaba tiempo y "está mostrando ahora plenamente su auténtica valía". "Es un jugador fácil de entrenar. Adora el fútbol y tiene buen corazón (...) Si está feliz en París, si trabaja, si la gente le comprende, puede ser el mejor jugador del mundo en el PSG", indicó. El técnico criticó la actitud de Kylian Mbappé de enfrentarse a su actual entrenador, Thomas Tuchel, tras ser cambiado hace dos semanas: "Es un buen muchacho, pero es ambicioso. Ese ego que le sale y que muestra públicamente no es bueno para su imagen y demuestra que no controla sus emociones"
Emery se mostró convencido de que el PSG puede ganar la Liga de Campeones esta temporada pero, si no lo logra, aseguró que los propietarios cataríes "no abandonarán" hasta lograrlo.