FÚTBOL ATLÉTICO MADRID

El fenómeno Llorente

El fenómeno Llorente
El fenómeno Llorente
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 10 min lectura

Madrid, 28 jun (EFE).- No hay nadie más resolutivo en el actual Atlético de Madrid que Marcos Llorente, un elemento esencial en nueve de los últimos trece goles de su equipo, transformado en un recurso ofensivo incontestable, cuyo fenómeno ha desatado la mejor racha de la temporada, cuatro triunfos consecutivos, y ha reforzado al conjunto rojiblanco en la inexcusable tercera posición mientras se dirige hacia el Camp Nou, a dos días vista.

Ya no es medio centro. Ya no juega casi nunca ahí. Su reinvención en la banda derecha o en la delantera, inimaginable hace unos meses por demarcación natural, no por cualidades, ha generado un impacto formidable en el Atlético y en LaLiga Santander, revelado como un hombre cuya velocidad de conducción, atrevimiento, desborde, vértigo y giro, ya sea entre líneas o por el extremo, han disparado al equipo rojiblanco hacia su objetivo prioritario.

La tercera plaza, hace poco cuanto menos dudosa, es suya a falta de seis citas para el cierre del torneo, además con un margen que era impensable, cuatro puntos, tal y como se habían desarrollado las 27 jornadas previas al parón por la pandemia del covid-19. Y espera la Liga de Campeones en una final a ocho cuya sede ha sido fijada en Lisboa para el próximo mes de agosto y en la que el conjunto rojiblanco está ahí, entre otras cosas, por Marcos Llorente.

El pasado 11 de marzo, el centrocampista surgió en el segundo tiempo desde el banquillo, como recambio de Diego Costa, y convirtió el padecimiento del equipo madrileño, sostenido por un impresionante Jan Oblak, e incluso una eliminación invariable en una gesta que permanecerá en el tiempo en el club, en los jugadores y en cada aficionado con dos goles en la prórroga, con sendos tiros desde fuera del área; otra de sus virtudes más llamativas.

También dio la asistencia del 2-3 a Álvaro Morata. No fue casualidad tal despliegue. El paso de los partidos ha sido una confirmación absoluta para la consolidación del '14' rojiblanco. Es su número en el Atlético probablemente porque había sido el que lucía Gabi Fernández, un medio centro de referencia en la era Simeone, y después Rodrigo Hernández, también en ese puesto.

DECISIVO EN SEIS GOLES DESDE LA VUELTA A LA COMPETICIÓN

La reanudación de la competición ha ratificado la eclosión del futbolista madrileño, que ha intervenido de una manera decisiva o al menos transcendente en seis goles en los últimos cinco duelos del equipo o en seis de los nueve tantos más recientes de su conjunto. Contra el Osasuna entró desde el banquillo, marcó un gol y dio otros dos (a Morata y Carrasco) -de sus cinco primeros toques surgieron tres tantos ese día-; ante el Levante, con un desbordante giro y un pase que entre Diego Costa y Bruno González terminó en la red y en el 0-1; y frente al Alavés con las dos acciones que originaron el 1-0, cuando fue objeto de falta, y el 2-0, cuando fue derribado dentro del área en un penalti que admite un intenso y discutido debate.

Pero este sábado no sólo fueron esas dos jugadas. Su entrada al terreno de juego, instantes antes de la hora de partido, cambió el duelo de forma radical: deshizo el atasco de su equipo con una valentía para ser vertical, para encarar y para desbordar que no había demostrado nadie en todo el duelo frente al inaccesible entramado defensivo de Asier Garitano, que había desconectado a los rojiblancos, enredándolos en pases interiores siempre en desventaja.

En total, el 2-3 de Liverpool incluido, Marcos Llorente ha sido un elemento determinante en nueve de los últimos trece goles del Atlético, repartidos en los últimos seis choques, aunque su devenir en el equipo rojiblanco ya había virado tiempo antes, cuando, pasito a pasito, varió la intranscendencia de sus primeros meses en el equipo -había disputado nada más 17 de los primeros 32 encuentros oficiales del bloque de Diego Simeone, sólo 5 desde el once- a una irrupción más constante, más sustancial y hoy definitiva.

EL DERBI DEL 1 DE FEBRERO O EL PRINCIPIO DEL CAMBIO

Hay una fecha reconocible en el calendario, cuando sí se percibió que había cambiado algo para él: el pasado 1 de febrero, cuando ocupó un puesto en el once, perfilado en la banda derecha, en el derbi contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Fue su primer partido completo de la temporada. Era el trigésimo tercer duelo oficial del conjunto rojiblanco.

"Tiene una energía y una vitalidad que el equipo necesita, sobre todo en estos momentos. Hizo un partido completo. Creo que con más cosas buenas que regulares. Eso suma en consecuencia de lo que va a venir", decía entonces Diego Simeone.

Y lo que vino para Marcos Llorente fue muy diferente a todo lo anterior. En los trece partidos siguientes hasta hoy, ha jugado doce de los encuentros, siete de inicio. Ha marcado cuatro goles y ha asistido en otros cuatro. Ha superado cada estadística de todo el semestre anterior, revelado mucho más como un recurso ofensivo, sin rastro del medio centro de contención.

"Cuando los jugadores te transmiten herramientas, los entrenadores tenemos que estar preparados para aprovecharlas. Yo veía que hacía goles, goles, goles... Y un chico que hacía goles había que aprovecharlo, porque el gol es muy importante dentro del fútbol. Marcos en su vida se imaginó poder jugar de delantero, pero viéndolo entrenar todos los días y sus condiciones técnicas, físicas y de contundencia en cuanto a los remates, despertó la opción compartiéndola con él de hacer un esfuerzo para buscar una alternativa", expresó Simeone.

EL MEJOR MOMENTO, EL PEOR RIVAL

Bajo el efecto del fenómeno Llorente, el Atlético ha encarrilado su objetivo, a seis jornadas del final, y avista la visita ya inmediata, el próximo martes, al Barcelona en el Camp Nou. Nunca ha ganado el equipo de Diego Simeone en escenario.

Ni en la Liga, aunque un empate ahí en la última jornada de 2013-14 le dio el título del campeonato; ni en la Liga de Campeones ni en la Copa del Rey ni en la Supercopa de España. Ya ha dirigido a su conjunto en ese terreno en doce ocasiones, con cinco igualadas, siete derrotas, ocho goles a favor y 19 en contra.

Tampoco le ha vencido jamás en la Liga. Ni allí ni en el desaparecido Vicente Calderón ni en el actual Wanda Metropolitano. Es el peor rival de Simeone. Dentro del campeonato, ya se ha enfrentado con él en 16 oportunidades, con cinco empates y once derrotas, la más reciente el 0-1 de la primera vuelta en Madrid, con un gol de Lionel Messi, siempre una pesadilla para él. En cambio, en el último precedente, en la Supercopa de España en Arabia, ganó el Atlético 2-3.

EL REGRESO DE FELIPE

El Atlético ya ha empezado desde este domingo la preparación para ese encuentro, con el centro de la defensa como principal inquietud. No están disponibles ni Stefan Savic, fuera del duelo por ciclo de cinco tarjetas amarillas, ni Mario Hermoso, con una lesión muscular que ya le apartó del choque frente al Alavés. Y Felipe Monteiro, sobresaliente todo este curso, indiscutible en el once antes del parón, ya está listo, pero no ha competido desde marzo.

Primero por su puesta a punto y después por una distensión muscular, el central brasileño fichado este verano al Oporto no juega desde el 11 de marzo en Anfield. No ha disputado ningún minuto de la reanudación de la Liga. Fue baja contra el Athletic Club, el Osasuna, el Valladolid y el Levante, por ese orden. Anoche integró la convocatoria, pero no jugó nada. En principio reaparecerá en el Camp Nou, al lado de José María Giménez.

También es baja Koke, igual que Savic por ciclo de cinco tarjetas amarillas. "No iban a jugar igualmente en Barcelona", sorprendió Simeone con su respuesta en la rueda de prensa telemática, cuando fue interrogado por esas dos ausencias para el Camp Nou.

Iñaki Dufour

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