"Si no hay mago, no hay magia"

"Si no hay mago, no hay magia"
"Si no hay mago, no hay magia" - Manuel Sánchez Gómez
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"Si no hay mago, no hay magia". Los versos, de la canción "En Busca del Mago", los recita Santi Balmes, cantante del grupo 'Love of Lesbian', pero se ajustan bastante bien a lo que ocurrirá en el Manchester City cuando David Silva, el ilusionista, abandone el club inglés al final de esta temporada.

El gran truco final del mago comienza este viernes en la Liga de Campeones contra el Real Madrid. El de Arguineguín busca un último giro de varita que le acerque al trofeo que falta en su colección.

El jugador que ha ganado un Mundial, dos Eurocopas, varias ligas inglesas e infinidad de copas en Inglaterra se enfrenta a sus últimos bailes en el City, antes de emprender una nueva aventura que dé final a su extensa carrera.

Una vida deportiva que comenzó en su tierra natal, donde ya le apreciaban todos los destellos que ahora luce por los campos ingleses.

"A Silva ya se le notaba lo que era. Con ocho años era un fenómeno. Zurdo, con una visión de juego impresionante... Todas las cualidades de jugador que tiene ahora, son las mismas que tenía cuando era pequeño. Aunque antes es verdad que jugaba más arriba, era más goleador", recuerda en llamada telefónica Armando Ayús, secretario técnico y entrenador en la UD San Fernando cuando en el equipo aterrizó Silva siendo un crío.

Allí le llevó su padre por la simple razón de que el San Fernando era el único club de la zona sur de la isla de Las Palmas donde había equipo benjamín.

Pocos se podrían imaginar que aquel pequeño delantero evolucionaría con los años a una leyenda en el Manchester City.

En palabras de Pep Guardiola "uno de los siete u ocho futbolistas que han hecho a este club ser lo que es".

"Él destacaba como un jugador excepcional. Había cuatro o cinco que eran muy buenos en aquel equipo, jugadores que han estado en Las Palmas o en el Deportivo de la Coruña, pero él era el que destacaba más que ninguno", asegura Ayús.

"Hablando con su padre aquellos días le dije: "lo tienes que llevar a un grande, porque este niño está para un grande. Ni para Las Palmas ni nada, a un grande".

Pero el Real Madrid le cerró las puertas. En el club blanco, con quienes hizo varias pruebas, entendieron que Silva era muy bajito para tener doce años. Cuando el Madrid dio su negativa, apareció el Valencia. A partir de ahí el resto es historia. Empezó a jugar en las categorías inferiores de los 'Che', estuvo cedido en el Eibar, se consagró en Mestalla, ganó un Mundial y se marchó al Manchester City en 2010 por más de 30 millones.

"Este niño era excepcional. Tú cuando ves a un chaval de 6/7 años y ves cómo juega y dices "si el padre es inteligente este niño tiene que jugar en un equipo en Primera división". Ya no en un Valencia, que también es un grande, pero algo más. Siempre lo vi para más arriba. Tenía que haber estado en el Madrid o en el Barcelona", afirma Ayús.

LA COMPLICIDAD EN EL CAMPO


Ya desde pequeño, destacó por formar grandes alianzas en el campo. En el benjamín se asociaba con un chico italiano llamado Giorgio, en el City lo ha hecho con Sergio Agüero y en el Valencia se convirtió en socio habitual de Juan Mata, ahora rival en el Manchester United, quien recuerda a través de un mensaje aquella amistad.

"Es un grandísimo jugador y una grandísima persona que se merece lo mejor allá donde vaya. Se le echará de menos sin duda en la Premier. Tanto él como su familia son unos fenómenos y estoy muy orgulloso de los buenos momentos que vivimos juntos", apunta Mata.

"Disfruté mucho a su lado en Valencia y en la selección y obviamente le sufrí como rival con el City".

Ahora su capítulo en el City está a días de cerrarse y Guardiola lo admite: "va a ser muy difícil reemplazarle".

En su etapa en Mánchester, se ha convertido en una leyenda. Es el jugador en la historia del club con más partidos en la Premier League (309). Ha marcado más de 70 goles y repartido casi 150 asistencias con la camiseta de los 'Sky Blues', pero su legado va más allá de los números.

Silva ha dotado de identidad a un club que pasó del ostracismo a las portadas a base de billetera. Silva, junto a Agüero y Vincent Kompany, es el símbolo del éxito en el City y un jugador con un sitio irremplazable en su historia.

"Es una leyenda para nosotros y este club siempre le estará agradecido", sentencia Guardiola.

"Me acuerdo que todos los chicos decían: "¡tenemos un máquina en el equipo, tenemos un máquina!".

"Aquel máquina era David Silva", rememoró Ayús.


 

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