Estadio Deportivo5 min lecturaMadrid, 11 oct (EFE).- El rejuvenecimiento en bloque que está introduciendo Luis Enrique Martínez en la selección española juntó una delantera ante Suiza en la que Mikel Oyarzabal, con 23 años, ejercía de veterano. A su espalda, Ansu Fati (17), Ferrán Torres (20) y Dani Olmo (22) con una versatilidad que ha enamorado al seleccionador, asumieron protagonismo en un partido duro.
La imagen no fue brillante por la disposición táctica del rival, pero la satisfacción de Luis Enrique no se rebajó tras el triunfo por la mínima que mantiene a España líder de su grupo de la Liga de Naciones, destinada a jugarse el primer puesto que da el pase a la fase final en su duelo con Alemania en Sevilla en noviembre.
EL FRUTO DE LA PRESIÓN
Un solo gol y regalo de Suiza. Apenas tres remates a puerta. España rebajó su fluidez en los últimos metros. Le faltó paciencia para tocar buscando espacios. No interpretó bien la forma de atacar dos líneas pobladas del rival... pero mordió arriba. Es lo que te da jugar con una delantera con 20 años de media de edad. Desbordan energía para desgastarse sin balón y con el estudio realizado del rival, sabían que podían encontrar el premio. Por eso el tanto hizo feliz a Luis Enrique. Sus jugadores apretaron a jugadores que sacan siempre el balón jugado y nunca lo rifan en largo. Provocaron el fallo y Mikel Oyarzabal definió con calidad.
LA VERSATILIDAD DEL OLMO Y LA NUEVA GENERACIÓN
Es algo que caracteriza a las nuevas perlas que han dado el salto con premura a la absoluta. Dani Olmo puede jugar en las dos bandas, de interior y hasta de falso nueve. Ante Suiza retrasó unos metros su posición por su "perfil técnico del alto nivel" que provoca "que no pierda el balón" y le añade "buen trabajo defensivo", como desgrana Luis Enrique. Es solo un ejemplo de lo que le aportan los jóvenes en su pizarra. Ansu Fati aparece pegado a banda izquierda pero tiene cualidades en la definición y un gran remate de cabeza para jugar de segundo delantero. Ferrán Torres desborda pegado a banda derecha pero aparece por la zona del 9 con peligro y Oyarzabal no se fijó entre centrales, se dejó caer a banda derecha, intercambió posiciones y tuvo el olfato de un delantero para estar donde se genera el peligro. Un gol y un disparo al poste.
BUSQUETS INCOMBUSTIBLE
Hasta nueve cambios de los once titulares aseguraron frescura física a la selección en una semana con tres partidos. Solo se mantuvieron dos jugadores, Dani Olmo y un incombustible Sergio Busquets. Mientras unos apuntan a su decadencia, el centrocampista da razones para ser fijo con Luis Enrique y pieza clave de su columna vertebral. Dio lección con balón y sin él, liderando en fase defensiva, llevando la voz cantante en la colocación de piezas en la presión. Dejó detalles de calidad como un túnel a un rival en inicio de jugada y un posicionamiento clave para anular un intento de reacción de Suiza. Adelantó metros y España tuvo líneas juntas para no dejar jugar a su rival. Acabó acompañado de su heredero en la posición, Rodri, para orgullo del seleccionador de ver a su equipo posicionado en campo contrario para evitar ningún momento de sufrimiento que hiciese peligrar el triunfo.
FIRMEZA DEFENSIVA Y PORTERÍA SEGURA
Firmó la selección española su tercer partido consecutivo con la puerta a cero (Ucrania, Portugal y Suiza). La confianza mostrada por Luis Enrique a David de Gea tiene respuesta en cada partido del portero madrileño. Su parada antes del gol de Oyarzabal fue clave. El único despiste de la zaga, descolocada ante un contragolpe, permitió el remate libre de marca de Loris Benito ante el que voló De Gea para sacar una mano salvadora. No tuvo que intervenir más gracias a la firmeza defensiva. Con Sergio Ramos encontrando en Pau Torres una nueva pareja que se asienta tanto como Jesús Navas en el lateral derecho. Su despliegue físico fue de lo más vistoso y sus centros siempre generaron peligro en una selección que perdió fluidez en fase de ataque antes de visitar a Ucrania.
Roberto Morales