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Villas-Boas, crónica de un naufragio marsellés

Villas-Boas, crónica de un naufragio marsellés
Villas-Boas, crónica de un naufragio marsellés
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura

André Villas-Boas llegó al Olympique de Marsella como el salvador, el hombre que podía relanzar a un equipo a menudo en el barro, y se marcha año y medio después de su llegada en medio de un naufragio deportivo e institucional en el que nunca supo encajar.

Habrá quien piense que el técnico portugués es una víctima más del deterioro constante en el que vive el club desde hace décadas. Otros considerarán Marsella como una nueva etapa del descenso a los infiernos del técnico luso, incapaz de recuperar la estrella que le convirtió en Oporto en una de las promesas más brillantes de los banquillos europeos.


La puerta de salida la han marcado sus desavenencias con la política de fichajes del club, personalizada en el español Pablo Longoria, director deportivo, y en el presidente, Jacques-Henri Eyraud.


Su último sustento era el propietario, el multimillonario estadounidense Frank McCourt, muy alejado del día a día del club que adquirió en 2016.


Villas-Boas, de 43 años, a menudo comparado con José Mourinho, lo que le valió el apelativo de "specital two", pena en encontrar el camino de la victoria.


Marsella podía haber sido una buena rampa de lanzamiento. Aterrizó a orillas del Mediterráneo en mayo de 2018, de la mano del director deportivo de entonces, el español Andoni Zubizarreta, con quien la comunión era total. Dieciocho meses más tarde, abandona el cargo con una mala racha de resultados y en medio de una tormenta institucional.


TORMENTA INSTITUCIONAL


En su primer año, Villas-Boas logró el segundo puesto de un campeonato que terminó antes de tiempo a causa de la pandemia y el retorno a la Liga de Campeones.


Pero como en Marsella nada es sencillo, tras esa temporada el club decidió prescindir de Zubizarreta por desavenencias con Eyraud y el técnico luso tenía tomada la decisión de hacer las maletas.


Solo la intervención de McCourt y los mensajes de apoyo de los aficionados y del vestuario lo convencieron de quedarse. Pero la comunión que había con Zubizarreta no existió con su sustituto, el también español Pablo Longoria, una situación que se fue enquistando hasta desembocar en el divorcio final.


MÁS FIASCOS


Villas-Boas deja al equipo lejos de la pelea entre los mejores en la liga y tras haber caído en la fase de grupos de la Liga de Campeones, dejando una imagen pobre.


La experiencia que debía servir para relanzar su carrera se convirtió en un nuevo fiasco.


Los aficionados habían perdido la paciencia. El pasado sábado, un grupo de radicales irrumpió en la ciudad deportiva del club marsellés y agredió a algunos jugadores.


Oporto, su ciudad natal, seguirá siendo el único escenario de sus éxitos. En 1994 fue allí donde entró en contacto con el fútbol profesional, como asistente de Moruinho y de Bobby Robson.


La leyenda cuenta que vivía en el mismo edificio que el experimentado técnico británico, que quedó impresionado por su sentido estratégico pese a su juventud, por lo que lo nombró, a los 17 años, encargado de la prospección y preparación táctica.


Tras ocupar diversos puestos en el club, entre ellos el de entrenador de las categorías inferiores, en 2009 fue nombrado técnico del Coimbra, en el que efectuó un buen trabajo, lo que le abrió las puertas del banquillo del Oporto.


Ganador de la Supercopa nada más llegar, el equipo firmó una trayectoria casi perfecta, sin derrotas en el campeonato y con nombres como Falcao, Hulk o Moutinho, también ganó la Copa.


La guinda fue la victoria en la Copa de la UEFA frente al Braga, lo que convirtió al técnico luso, a los 33 años, en el más joven en ganar una competición europea.


Argumento que convenció a Roman Abramovitch para atraerlo al Chelsea por 15 millones de euros, un récord por un entrenador. Pero su juego en Londres careció de brillo y fue destituido en marzo de 2012 y sustituido por su segundo, Roberto di Matteo, que condujo al equipo a la victoria en la Liga de Campeones.


En la siguiente temporada fue el Tottenham el que lo convenció y, tras una buena campaña, en la que acabó quinto y batió el récord de puntos del club, su crédito fue descendiendo en la siguiente, hasta su destitución.


Su imagen se había deteriorado y encontró un banquillo en San Petersburgo, en un Zenit lleno de ambición que condujo al campeonato en su primera temporada completa. Tras otra menos brillante, decidió partir de Rusia.


Alejado del fútbol durante unos años, en los que incluso llegó a participar en el rally Dakar, en 2016 se hizo cargo del Shangai, que abandonó tras una temporada descontento con el bajo nivel del campeonato chino.


Otros dos años de reposo le llevaron hasta Marsella, donde acabó por seducir a los aficionados, pero no se sobrepuso al entorno caníbal del club.


Luis Miguel Pascual

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