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La duda del PSG

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La duda del PSG
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura

París, 19 abr (EFE).- El París Saint-Germain es, junto con el Bayern de Múnich, el gran ausente del grupo de fundadores de la Superliga Europea anunciado por doce clubes de Inglaterra, España e Italia, una posición que deja a la expectativa al equipo de la capital francesa que cumple diez años bajo pabellón catarí.

El equipo galo, clasificado por segundo año consecutivo para las semifinales de la Liga de Campeones, de la que el año pasado disputó la final, nunca ha ocultado su intención de estar entre los grandes de Europa, pero también entre los más ricos.

No en vano es, junto al Manchester City, su rival para la final de Estambul y también con propietarios del Golfo Pérsico, el club que más billetes ha colocado sobre el tablero del fútbol en los últimos años, lo que hace más sorprendente su ausencia de esta revuelta de los privilegiados.

Durante los primeros pasos de la gestación de la nueva Superliga Europea, los dirigentes del PSG estuvieron asociados a los de los otros grandes clubes europeos, pero en las últimas semanas su presidente, Nasser Al Khelaifi, se bajó del carro.

Aunque oficialmente el club de la capital francesa no ha tomado posición, su ausencia habla por si misma e invita a analizar los motivos por los cuales no se asocian a una competición que parece labrada para sus características de club rico y poderoso.

CATAR TRAS EL PSG

Muchas de esas respuestas parecen estar en la naturaleza de sus propietarios, un fondo de inversión soberano tras el cual está el Estado de Catar.

Doha aterrizó en el club en 2011 con una intención no velada de ganar algún día la Liga de Campeones, por ahora la competición de más prestigio a la que puede optar un club.

El sueño de los jeques parece más que nunca al alcance de la mano y torpedear una competición centenaria antes de haberla ganado no parece de su gusto.

Además, los intereses del PSG están directamente unidos a Catar y al canal de televisión BeIn Sports, también propiedad del fondo soberano catarí y, al tiempo, asociado a la UEFA para difundir la Liga de Campeones en numerosos países.

Al Khelaifi, que preside el PSG y también la cadena de televisión, no quiere morder una de las manos que alimentan a su negocio televisivo.

Las relaciones entre el club francés y la UEFA no siempre han sido idílicas y en el Parque de los Príncipes todavía sangran las cicatrices que dejó la amenaza de excluirle de las competiciones europeas por no estar conforme a las reglas de equilibro financiero.

En los últimos años parece haberse instalado entre ambos una "entente cordiale" que ni París ni Doha quieren quebrantar.

EL MUNDIAL 2022

En el trasfondo está el gran proyecto de Catar, el Mundial de 2022 que convertirá al emirato del Golfo Pérsico en el primer país árabe en acoger la competición.

La FIFA, que organiza esa competición, ya ha mostrado su desacuerdo con la Superliga Europea, pero entre bambalinas la máxima instancia del fútbol internacional prepara un proyecto de Mundial de clubes que no cuenta con el beneplácito de la UEFA y que perfila una guerra entre ambas instancias.

Esta nueva propuesta vendría a perturbar ese proyecto y, aunque todo debilitamiento de la UEFA sería favorable a los intereses de la FIFA, parece que el precio a pagar es elevado. En ese contexto, Catar prefiere también mantenerse fiel a sus socios para 2022.

El PSG cuenta, finalmente, con el respaldo de todas las instancias nacionales, la Federación, la Liga y, llamativamente, el presidente, Emmanuel Macron, que se apresuró a mostrar su rechazo a la Superliga Europea incluso antes de que estuviera oficialmente lanzada.

Con esos elementos, el club de la capital francesa tiene cartas a su favor para jugar, por ahora, en dos tableros, sabiendo que los patrocinadores de la nueva competición siempre le van a guardar una silla en la mesa de los elegidos.

Contemporizar es, por ahora, la regla en el club, aunque si la Superliga Europea avanza difícilmente podrá quedarse al margen. Sus representantes ya han dejado la puerta abierta "al menos" a dos clubes franceses.

No estar con los mejores tendría unas consecuencias financieras difíciles de asumir para el PSG y podría acabar con su voluntad de ser considerado uno de los grandes de Europa.

Sin olvidar que privarse de recibir en el Parque de los Príncipes a clubes que atesoran hasta la fecha 40 Copas de Europa tendría incuestionables repercusiones en la taquilla y en el prestigio.

Y que los grandes jugadores siempre quieren jugar contra los grandes jugadores, lo que haría difícil convencer a estrellas de la talla de Neymar o Kylian Mbappé de quedarse en las orillas del Sena.

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