Campeones, campeones, campeones...

Campeones, campeones, campeones...
Campeones, campeones, campeones...
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura
Entre las restricciones, el aforo reducido a 27.000 personas, la obligación de mascarilla y estar sentado todo el partido o la prohibición de comer en la grada, la afición del Atlético de Madrid regresó este domingo al Wanda Metropolitano, que recuperó su alma un año, cinco meses y dos semanas después, con la presencia de 24.926 espectadores para aclamar al campeón de Liga, que ofreció el título de la pasada temporada a sus seguidores.

Un estadio vacío de su gente durante los últimos 27 partidos como local del conjunto rojiblanco por la pandemia de la Covid-19; desde el 7 de marzo de 2020, desde el 2-2 contra el Sevilla que recibió a 68.000 personas, en plena lucha por entrar en la Liga de Campeones, hasta este domingo: 22 de agosto de 2020. El reencuentro.


"Campeones, campeones, campeones, campeones", cantó el público minutos antes del inicio del duelo, después de sonar uno a uno los jugadores por la megafonía al ritmo del 'Thunderstruck' de AC/DC. "13 Jan Oblak, 15 Savic, 2 Giménez, 4 Kondogbia, 14 Llorente, 5 De Paul, 6 Koke, 8 Sául, 11 Lemar, 21 Carrasco, 10 Correa...".


"Suplentes: 1 Lecomte, 23 Trippier, 24 Vrsaljko, 3 Nehuén Pérez, 12 Renan Lodi, 26 Serrano, 27 Giuliano, 29 Camello, 9 Luis Suárez", rugió el Metropolitano en cuanto es escuchó el nombre del goleador uruguayo, por primera vez ante su público, ante su afición. Y después estalló cuando se nombró a Diego Pablo Simeone, su líder.


Y salió el Atlético. Y sonó el himno, de nuevo las voces de la gente al son de la música que cada partido representa al conjunto rojiblanco en su estadio; todo listo para volver a vibrar con su equipo, al reencuentro del actual campeón. Quedaba algo antes del inicio del choque: Koke ofreció el título de la Liga a su afición, junto al socio número uno del club madrileño, Pedro Palmero.


También hubo momentos para el recuerdo y el homenaje. Antes del inicio del partido, 379 claveles rojos y blancos, "uno por cada socio fallecido en esta pandemia", situados sobre el césped por Koke, Simeone y Carlos Peña, el delegado del Metropolitano, escenificaron la memoria junto a la emotiva interpretación en violín del himno atlético por Pablo Navarro.


Y empezó todo. El partido. Y se aclamó a Simeone. Y sonaron las canciones de siempre, los aplausos, la emoción de una carrera de Llorente por la derecha, la incertidumbre de un regate de Correa, el primer 'uy' con el trallazo de Saúl desde lejos en el minuto 7, también hubo tramos de silencio, de expectativa, cánticos para Saúl, cuando su salida está latente -juega desde cadete en el Atlético-, para Koke, la ovación para Kondogbia como central...


Y la celebración del gol de Correa, que desató la victoria del Atlético. O el 'uruguayo, uruguayo', al fin, un año después, tan esperado, tan agradecido, para Luis Suárez cuando nada más saltó a calentar. Cuando salió al campo, en el minuto 62, en el lugar de Lemar, rugió aún más el público. Era una bienvenida pendiente.


Había pasado mucho tiempo, mucha emoción perdida, para el actual campeón de la Liga. ¿Cómo habría rugido el Metropolitano en el gol de Luis Suárez en la penúltima jornada de la Liga ante Osasuna? ¿O en su debut? ¿O en el penalti parado de Oblak al Alavés? ¿O cómo habría sufrido en el 2-2 con el Celta o el 0-2 con el Levante?


"Os hemos echado de menos, en la consecución del campeonato nos hubiera encantado que hubieseis estado aquí para celebrarlo con nosotros y con muchas ganar de que volváis al campo. Os necesitamos y sois una parte fundamental", proclamó esta semana Marcos Llorente, que no había desatado su tremenda versión aún en el Atlético cuando se disputó el último duelo con público en el Wanda Metropolitano. De hecho, era un suplente habitual. Tampoco había llegado Luis Suárez.


Ni jugaba el Atlético de Diego Simeone con el 5-3-2 en el que más fuerte se siente ahora. Aún jugaban para el equipo rojiblanco Diego Costa y Álvaro Morata. Y aún no había reencontrado Yannick Carrasco su nivel. O Ángel Correa era un futbolista bajo la duda permanente, lejos de lo que es hoy: un delantero crucial para su equipo.


Todo eso ha cambiado. No es el mismo Atlético que vio la afición la última vez que entró en el Wanda Metropolitano, pero sí luce el mismo líder: Diego Simeone. "La gente no estaba, pero el alma siempre estuvo", decía el técnico argentino en referencia a la pasada temporada y en la víspera del reencuentro con su afición, de ofrecer el título, de revivir el "campeones, campeones, campeones".


Iñaki Dufour

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