El cansancio tras el improductivo esfuerzo del martes en Londres, la lesión de Antoine Griezmann y el estado de algunos tocados condicionará el once con el que el Atlético saltará este domingo al Benito Villamarín, pero no la propuesta, que con el 'Cholo' Simeone es innegociable: intensidad, competitividad y carácter, para construir el juego ofensivo desde la seguridad atrás, y no al revés.
Justo lo que más se le ha atragantado a este Betis. Sea cual sea el dibujo, lo más normal es ver a los rojiblancos replegados y con muchos efectivos en campo propio, sin reparos para ceder el balón en pos de salir con velocidad a la contra, explotar al máximo los errores 'no forzados' y las jugadas a balón parado. El 1-4-4-2, después de algunas variantes que no terminan de convencer y que responden sobre todo a la búsqueda de Simeone de un sitio para el polivalente Thomas, se impone como sistema base en un conjunto pétreo que normalmente sacrifica extremos puros como Gaitán, Carrasco o Correa para que, tanto en la fase de producción como a la hora de cerrarse, Koke y Saúl se alíen con Gabi y con su acompañante en el doble pivote.
Arriba, la posición en el que más le cuesta dar con la tecla al argentino, se queda sin Griezmann justo cuando había despertado, reconciliándose con el gol y con su propia afición, gracias a la recuperada dupla con su compatriota Kévin Gameiro, que esta tarde formará ataque con Torres o Correa.