FÚTBOL COPA REY ATHLETIC-BARCELONA

La redención de Piqué

La redención de Piqué
La redención de Piqué
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 4 min lectura

Madrid, 17 abr (EFE).- Lesionado durante buena parte de la temporada y con algunas actuaciones en ocasiones errática, la mejor versión de Gerard Piqué reapareció a tiempo para gobernar la defensa del Barcelona en la final de la Copa del Rey que ganó 0-4 al Athletic.

Piqué fue la novedad de la alineación de Ronald Koeman. Ausente en los últimos cinco partidos oficiales de su equipo por un esguince en su rodilla derecha, no defraudó al técnico azulgrana, que disfrutó desde la banda del estadio de La Cartuja con la calidad de su defensa.

A sus 34 años, fue clave para dar tranquilidad al Barcelona. Se esperaba un partido con mucha posesión de los hombres de Koeman, que necesitaban un seguro atrás para frenar el juego directo al que se encomendó el Athletic. Marcelino sabía lo que se le venía encima y la opción de los contragolpes o de las jugadas a balón parado eran prácticamente su única tabla de salvación.

Y ahí entraba Piqué como clave para sujetar las acometidas del Athletic. Se dudaba de su estado de forma tras más de un mes alejado de los terrenos de juego. Fue una de las noticias de los onces de ambos equipos. No podía decepcionar. Y no lo hizo.

Sobre todo en la primera parte, en la que secó por completo a Iñaki Williams. Ganó todos los duelos al delantero del Athletic y frenó cualquier conato de incendio que podía provocar la velocidad con espacios de uno de los hombres más peligrosos del conjunto vasco.

De ese modo, anuló el juego directo del Athletic y, además, su irrupción entre los elegidos para jugar la final liberó a Frenkie De Jong, que pudo colocarse junto a Sergio Busquets en el centro del campo. El holandés vivía adaptado como tercer central de circunstancias para sacar la pelota y con Piqué en el campo ocupó su posición natural y fue de los mejores.

Después, Piqué no bajó el nivel en la segunda parte. Mientras Unai Simón sostenía al Athletic con sus intervenciones, el defensa del Barcelona se mantuvo gigante en el centro de la defensa. Los tantos de Antoine Griezmann, Frenkie de Jong y Lionel Messi remataron la faena de Piqué.

Al final, la victoria del Barcelona se forjó desde atrás, con un Piqué inconmensurable que alejó su peor versión de la temporada, la de las lesiones, las protestas y los errores sobre el césped.

Abrazado por Koeman cuando fue sustituido por Ronald Araújo a falta de ocho minutos, se fue con una sonrisa cómplice y con la sensación de haber firmado un buen partido. Y es que, los focos se los llevaron otros, pero el trabajo en la sombra, casi igual de importante, lo hizo Piqué para firmar su redención en un curso que parecía destinado al olvido.

Juan José Lahuerta

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