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Edgar Badía, una ganga de 2 millones

Edgar Badía, una ganga de 2 millones
Edgar Badía, una ganga de 2 millones
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 10 min lectura
Bueno, barato y prestigioso. Son las palabras que definen al portero español, una figura en alza con un caché actualmente muy asequible. Nombres como Edgar Badía, valorado en sólo dos millones de euros, encabezan la nómina de guardametas que podrían dar lustre a cualquier club de primer nivel europeo. El jugador del Elche es el mejor ejemplo de una factoría marca España asentada hace tiempo en el mercado.

 

Ser portero y español ya no es sinónimo de gueto. En los años 70, 80 y 90 de la década pasada, que salieran al extranjero era toda una rareza. Tal vez, también una proeza. Nombres como Buyo, Iribar, Arconada, Urruti, Zubizarreta, Agustín, Miguel Ángel, Ochotorena o García Remón, siempre desarrollaron su carrera en los campos de España.

Muchos de ellos coincidieron en equipos de primer orden y acabaron en el banquillo de los suplentes para buscar minutos de juego en clubes españoles. Agustín, pasó del Real Madrid al Tenerife; Ochotorena, cambió el club blanco por el Valencia; Zubizarreta, cuando se extinguió su carrera en el Barcelona, también buscó nuevas aventuras en el club ché.


En la actualidad, muchos de ellos habrían traspasado fronteras. Lo que antes era algo extraterrestre, cuando todos pensaban que Martín Vázquez se iba al fin del mundo para jugar en el Torino, ahora es una normalidad. Los jugadores españoles se expanden por el planeta. Los hay en casi todas las ligas europeas y en países lejanos como la India, China, Estados Unidos o Australia.


PORTEROS Y GLOBALIZACIÓN


Los porteros también se han apuntado a esa globalización. En la última década, la expansión del producto nacional en las ligas europeas ha sido impresionante. Los datos hablan solos: catorce guardametas españoles forman parte de plantillas de clubes europeos. Siete de ellos, están en la Premier League, en clubes de primer orden como el Chelsea, el United y el Liverpool; o de menor entidad, como el Leeds, el Fulham, el Brighton o el Crystal Palace.


Guaita, De Gea, Robert Sánchez, Kiko Casilla, Fabricio, Kepa o Adrián San Miguel son la punta de lanza de una hornada exquisita que en España también goza de buena salud. No pasan desapercibidos figuras como Edgar Badía (Elche), Fernando Pacheco (Alavés), David Soria (Getafe) o Aitor Fernández (Levante).


Todos, jornada tras jornada, dejan actuaciones que acaparan focos. Badía, el último en dar la nota, es el que más para de toda LaLiga. En total, acumula 91 intervenciones en 28 encuentros. Y, la última, frente al Getafe, fue espectacular. Como un felino, detuvo sobre la bocina un penalti a Ángel Rodríguez para dar un punto vital al Elche en sus aspiraciones por mantener la categoría.


BADÍA, MÁXIMO EJEMPLO DEL PORTERO ESPAÑOL BUENO Y BARATO


Pero, curiosamente, el producto español bajo los palos no sólo es bueno y prestigioso. También es barato. Según Transfermarkt, portal especializado en evaluar el mercado, Badía ahora mismo sólo costaría dos millones de euros. Es el mejor ejemplo de calidad contrastada a un precio irrisorio. El resto no se queda atrás. Soria, costaría los nueve millones; Pacheco, uno más: diez; y Aitor Fernández, ocho. Cifras asequibles para los grandes clubes.


La suma total de los cuatro españoles consolidados en LaLiga más los que son titulares en clubes extranjeros (De Gea, Robert Sánchez, Guaita, Reina, Pau López y Adán), alcanzaría el ridículo precio de 75'3 millones de euros. Echar las redes en alguno de ellos es una ganga, cuando en 2018 el Chelsea pagó 80 millones solo por Kepa.


¿Pero qué ha pasado para que el portero español tenga tan buena prensa fuera de sus fronteras? ¿Cómo ha evolucionado esa figura en las últimas décadas?. José Manuel Ochotorena, ex preparador de porteros de la selección española durante más de una década y un gran conocedor de la evolución de la figura del portero patrio, explica a la Agencia EFE cómo se ha adaptado a los tiempos el guardameta español.


"El estilo ha cambiado. Antes, porteros como Buyo o Arconada, eran muy reactivos. Ahora, los aspectos tácticos han evolucionado. El perfil está marcado por la necesidad de que jueguen con el pie. Eso ha provocado mayores responsabilidades. Tienen la obligación de ser iniciadores del juego ofensivo. Y, físicamente, ahora hay muchos equipos que valoran la estatura elevada".


DE LA ESCUELA VASCA A LA MARCA ESPAÑA


Ochotorena lo tiene claro. Ahora mismo hay una marca España. Antes la marca era más local, se hablaba de la "escuela vasca" con nombres legendarios como Zubizarreta, Cedrún, Urruti o Arconada. Décadas después, los guardametas españoles son visibles con un concepto más general que local.


"Aquellos porteros tenían unas cualidades marcadas por jugar en la playa, caer en la arena y no hacerse daño; jugaban a la pelota vasca de jóvenes y por eso tenían una motricidad especial. Era una tradición y había referentes cercanos. Con la globalización, hay acceso informativo a cualquier portero y hay una percepción mayor. El radio de acción se ha ampliado más".


Y añade, tajante: "Ahora mismo el portero español está en auge. Siempre tiene esa demanda en el exterior que antes no se producía. Había excelentes porteros, pero no había demanda hacia jugadores. Hubo un momento que se rompió eso y ahora es más normal".


Seguramente, alguno de los españoles de moda en LaLiga, podrían salir fuera en un futuro no muy lejano. Pero, ¿a qué se deben esos precios tan bajos? Para un club de la Premier League, pagar dos millones de euros por Badía, nueve por Soria, diez por Pacheco u ocho por Aitor, puede ser una ganga. Sin embargo, esas cifras pueden ser engañosas.


NÚMEROS FLUCTUANTES


Como explica Ochotorena, el precio puede variar dependiendo de la situación del club de origen. Si alguno desciende a Segunda División, habrá necesidad de vender para ajustar su economía. Entonces, las cantidades aún bajarán más. Sin embargo, si continúan en Primera División y no deben ingresar dinero, subirían su precio.


Soria, por ejemplo, llegó a estar valorado en 18 millones de euros en diciembre de 2019. Esta temporada, en algunas jornadas, fue reemplazado por Yáñez. Si el Getafe ve en Yáñez un buen recambio y barato, podría aceptar una rebaja en el precio de Soria. Por el contrario, por menos de 15 millones no saldría de su club en ningún caso.


Las cifras fluctúan según el momento, pero sobre el terreno de juego las paradas de los guardametas españoles son constantes. Robert Sánchez en el Brighton, con un precio aproximado de cinco millones de euros, ha llegado hasta la selección española de la mano de Luis Enrique. Guaita, recientemente renovado en el Crystal Palace hasta 2023, no deja de acumular actuaciones salvajes en la Premier y también está en la agenda del seleccionador español.


Sin embargo, otro como De Gea vive un momento aparente de cambio después de buenos años en el United. Podría volar hacia el PSG, Mauricio Pochettino le reclama. Mientras, Kepa se encuentra en horas bajas condenado al banquillo del Chelsea desde hace tiempo por varios errores. Su valoración ha caído desde los 80 hasta los 13 millones de euros.


En otras ligas, los porteros españoles son referentes. Adán, llegó a coste cero al Sporting de Portugal y se ha destapado como uno de los mejores del país luso este curso. Pau López es indiscutible en el Roma, como el incombustible Reina en el Lazio a sus 38 años. Y Josep Martínez, aún imberbe, espera su oportunidad en el Leipzig mientras se postula como una apuesta de futuro.


Ahora, una nueva hornada se prepara para salir. Si las redes de los grandes clubes españoles no caen encima de ellos, muchos clubes importantes del extranjero seguro que no tendrán reparos en invertir por Badía, Soria, Pacheco o Aitor.


Los cuatro también son "marca España" bajo los palos. Es una marca admirada, reconocida, buena y accesible. Como hace décadas. Pero ahora, en un mercado globalizado, salir a la aventura del extranjero es una normalidad antaño extraterrestre.


Juan José Lahuerta

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