Estadio Deportivo3 min lecturaLas selecciones de Hungría y Francia se enfrentan a las 15.00 CET (13.00 GMT) en un Puskás Arena de Budapest lleno y con una alerta por calor decretada por las autoridades sanitarias húngaras.
La jefa del servicio sanitario húngaro, Cecília Müller, declaró este sábado una "alerta por calor" en casi todo el país y, según los servicios de meteorología, cuando empiece el partido a las 15.00 CET (15.00 GMT) en Budapest habrá temperaturas de hasta 35 grados.
Francia, después de su victoria contra Alemania por 0-1 en Múnich saldrá con su once titular, sin hacer ninguna rotación ante el rival más débil del "grupo de la muerte" y con Griezmann, Benzema y Mbappe formando el trío ofensivo.
El seleccionador húngaro, Marco Rossi, declaró ayer que el calor afectará a ambos equipos por igual, aunque reconoció que los suyos deberán correr más.
"Sabemos que contra los actuales campeones del mundo vamos a tener que correr más que ellos sin el balón. Cuando hace tanto calor eso no es fácil. Por eso vamos a tener que estar perfectamente preparados y jugar de una manera inteligente", afirmó Rossi.
Se espera que las gradas de la Puskás Aréna se llenen con más de 60.000 persona, en su gran mayoría aficionados locales que animarán la selección húngara.
A pesar de que el mismo Rossi ha asegurado que espera seguir mejorando el juego de la selección, dejó entender que los húngaros tienen muy pocas posibilidades de ganar.
Hungría jugó contra Francia 22 partidos internacionales, de los que ganó 12 y perdió 8, aunque la última victoria se remonta a 1976 en un amistoso (1-0).
A pesar de que en las informaciones previas se pronosticaba que más de 67.000 aficionados podrían presenciar los partidos en la Puskás Aréna, ese número es de entre 55.000 y 56.000, ya que hay que sumar alrededor de 3.500 personas de personal y unos 5.000 asientos han quedado activos para las cámaras y otro material de transmisión, explicó ayer un miembro de la organización.