FÚTBOL ATLÉTICO-GRANADA

Volvió Koke, volvió la victoria al Atlético

Volvió Koke, volvió la victoria al Atlético
Volvió Koke, volvió la victoria al Atlético - Miguel Ángel Moreno (Madrid)
EFEEFE8 min lectura
Cinco partidos después, el Atlético volvió a ganar. Cinco partidos después, volvió Koke Resurrección a jugar de rojiblanco. No fue coincidencia que las dos cosas ocurrieran a la vez, porque el regreso del capitán dotó de una brújula a su equipo y aportó la asistencia para el gol del argentino Ángel Correa.

 

El retorno del capitán rojiblanco, en un momento terriblemente comprometido para la escuadra que dirige el argentino Diego Pablo Simeone, coincidió con una victoria imprescindible para no perder el hilo de los puestos de la Liga de Campeones. Un gran inicio concretado en una asistencia a Correa que permitió el tanto ganador, y muchos apuros finales, coincidentes con el decaimiento físico del con junto rojiblanco y del vallecano, recién salido de una lesión.


Después de la lesión muscular en el muslo derecho que le dejó fuera de los duelos finales del año 2018, contra el Betis y el Levante, su reaparición contra el Barcelona en la semifinal de la Supercopa de España, 25 minutos en los que aportó un gol en la victoria rojiblanca para pasar a la final, provocaron una recaída.


El esfuerzo le hizo caer en una lesión miotendinosa en la misma zona que le dejó fuera de cinco partidos, una travesía en el desierto rojiblanca de tres derrotas (Eibar, la eliminación de la Copa del Rey ante la Cultural Leonesa, y el derbi liguero con el Real Madrid) y dos empates (Real Madrid en la final de la Supercopa perdida en los penaltis y Leganés), que terminó esta noche.


Sin él, el conjunto rojiblanco pierde un faro, una guía. "Es un jugador importantísimo, táctica y técnicamente diferente. Ve mucho más que los demás", le elogió el viernes su entrenador, el argentino Diego Pablo Simeone, que no dejó de remarcar que es uno de los pocos que sobrevive del equipo que cogió en diciembre de 2011.


No llegó a tiempo para el derbi, pero durante esta semana ya había entrenado con el grupo, incluido en la convocatoria y él mismo despejó dudas en un vídeo del club. "Estoy bien, casi al cien por cien", afirmó el vallecano, que pidió a los seguidores rojiblancos "apretar todos juntos" para lograr la victoria.


El duelo era importante en el plano anímico, y también en el clasificatorio. El Getafe había ganado 3-0 al Valencia y se escapaba a seis puntos, los rojiblancos no podían perder una oportunidad más.


El fondo sur lo sabía y recibió a su equipo con una pancarta roja con la inscripción 'Contigo hasta morir' y tiras rojas y blancas cayendo entre el segundo y el primer anfiteatro.


Respondió el conjunto rojiblanco, que necesitaba disipar muchas dudas, y salió con una presión alta en la que el capitán dio ejemplo. Recuperó el primer balón del partido, al que salió como mediocentro junto con el ghanés Thomas Partey, con Marcos Llorente y Saúl Ñíguez en las bandas.


Había regresado el vallecano dispuesto a ejercer con todas el peso del brazalete. No solo fue el jugador brújula del equipo como acostumbra, participativo y ofreciéndose a sus compañeros, también comprendió que el partido requería pelea, músculo. Se llevó algún balón desde el suelo, también algún codazo de un rival. Lo que el duelo demandaba.


Suya fue la asistencia que dio al argentino Ángel Correa la opción para anotar el 1-0 en el encuentro, tras recibir en el balcón del área un saque de banda de Saúl y aprovechar un desajuste grosero en la zaga del Granada que dejaba a Correa como una isla en medio del área para servirle un balón para batir a Aarón por bajo.


El '6' rojiblanco tenía carta de libertad para ofrecer la mejor opción de pase a sus compañeros, de hecho pronto pasó al interior derecho dejando el centro a Llorente con Thomas, para tener más libertad para ofrecerse, aunque el Atlético tras el gol perdió esa fluidez y mordiente que había exhibido en el arranque.


Fue un duelo duro, con acciones recias. En un salto entre el ariete visitante Roberto Soldado y Saúl, que acabó con el ilicitano por los suelos, la protesta del capitán rojiblanco, en su papel de capitán pero quizás excediendo el gesto, le llevó a recibir tarjeta amarilla. Corría el minuto 27 en el Wanda Metropolitano.


No hubo mucho más fútbol hasta el intermedio, porque el Atlético, más allá de balones para que Víctor Machín 'Vitolo' se fajara como delantero centro improvisado, bajando balones de espaldas e incluso generando con un disparo lejano la ocasión más clara para aumentar el marcador.


Tras la reanudación, el Atlético no encontró a su capitán más allá de acciones puntuales al contragolpe, como la génesis de una galopada de Saúl, que cedió a Correa para un centro que el ilicitano remató de volea fácil para Aarón, o en otra acción asilada que acabó con un remate del recién ingresado Yannick Carrasco a las manos del meta nazarí, y sufrió, hasta el punto que Azeez tuvo un chut franco en el interior del área que ni él mismo se explicó cómo tiró fuera.


Ubicado como mediapunta tras Carrasco, muy lejos del foco de las jugadas, Koke perdió protagonismo, y el Atlético sufrió, hasta el punto de recurrir a los milagros del portero esloveno Jan Oblak ante un remate de Soldado y que un defensor sacara el chut posterior del portugués Gil Dias.


Resistió el vallecano hasta los últimos diez minutos, cuando empezó a avisar al banquillo de que el físico ya no daba para más, que era necesario el reemplazo. Fue sustituido por el francés Thomas Lemar, que minutos antes estuvo a punto de salir pero la permuta fue pospuesta, probablemente porque el capitán podía más.


Se marchó ovacionado desde que fue entregarle el brazalete al meta Jan Oblak, devolvió los aplausos al graderío del Wanda Metropolitano y sufrió desde el banco los apuros de su equipo para guardar el 1-0 hasta el pitido final. Ni una victoria sin su sufrimiento. Es ADN rojiblanco y ADN de Koke. El Atlético ya cuenta con su capitán y retomó la senda de la victoria. Objetivo cumplido.

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