De la noche a la mañana la situación de
Antoñín, y de otros compañeros suyos, ha dado un vuelco total.
La salida de José Alberto López presenta otro escenario bien diferente para aquellos jugadores que, como el delantero malagueño, intuían que no iban a tener los minutos que deseaban en la segunda parte del campeonato.
El punta de La Palmilla había solicitado su marcha después de haber perdido importancia en los planes del entrenador asturiano. Tras tantear el mercado con sus representantes, habló con el director deportivo y el propio José Alberto para hacerles ver
la idoneidad de finalizar su contrato de cesión antes de tiempo. Algo a lo que no se opusieron en ningún momento porque su marcha liberaría masa salarial para acometer un refuerzo que, realmente, contase para el técnico.
El
Burgos fue el equipo que más interesado estuvo por Antoñín, pero en los últimos días
se vino abajo esa operación que estaba bien encaminada. Otras propuestas, también de Segunda, generaban más dudas si cabe en el propio jugador, que comenzaba a valorar dar marcha atrás en sus pretensiones. A fin de cuentas,
Málaga es su casa y fue su apuesta personal cuando
Robert Moreno le dijo que no entraba en sus planes para su
Granada 21/22.
La destitución del míster asturiano puede ser el punto de inflexión que permita a Antoñín quedarse en La Rosaleda. Se empezará de cero con el que venga a ocupar el banquillo y qué mejor que intentarlo nuevamente en su entorno más cercano antes de emprender un nuevo reto en otro equipo donde también debería iniciar el recorrido desde la casilla de salida.
Aún quedan días por delante para el cierre del mercado el próximo 31 de enero y en el mundo del fútbol pueden pasar muchas cosas. Pero, a día de hoy, y sin conocer aún al nuevo entrenador,
la preferencia de Antoñín es la de quedarse en el Málaga.
César Suárez2 min lectura