FÚTBOL REAL MADRID

Cristiano-Benzema, sociedad limitada

Cristiano-Benzema, sociedad limitada
Cristiano-Benzema, sociedad limitada
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura
Madrid, 5 nov (EFE).- Cristiano Ronaldo inició el choque ante Las Palmas moviendo los brazos a Toni Kroos, quejándose de un pase erróneo. Karim Benzema lo comenzó fallando un mano a mano clarísimo ante Raúl Lizoain. Fueron dos acciones sintomáticas de una dupla que anda desconectada y que vivió una mala noche en el Bernabéu. Ambos ocuparon la delantera del conjunto blanco desde el inicio del choque. Sin Gareth Bale desde hace tiempo, la BBC anda coja y la asociación entre Cristiano y Benzema, históricamente perfecta, parece que esta temporada está perdiendo fuelle. Salvo algunas pinceladas, el portugués y el francés están tardando en encontrarse. La sanción de Cristiano Ronaldo y la lesión de Benzema que apartaron a los dos durante varios partidos en el inicio del curso, no ayudaron a ninguno a comenzar con buen pie el año. Sin embargo, cuando han coincidido sobre un terreno de juego, las sensaciones no han sido tan positivas como antaño. Y a los dos se les ve nerviosos. Sobre todo a Cristiano, que sólo suma un gol en Liga aunque en Europa es el máximo goleador de la competición con seis aciertos. Además, tuvo tiempo de marcar uno al Barcelona en la ida de la Supercopa. Pero en el torneo de la regularidad, no se encuentra. Sus ocho goles contrastan con los dos que lleva Benzema, que acertó ante el Getafe y contra el Barcelona en la vuelta de la Supercopa. Pero Benzema, como ha repetido muchas veces Zidane, no es un hombre gol. Es un delantero atípico que abre huecos y da soluciones a Cristiano. Contra Las Palmas, se vio el perfil de Benzema apático. Ese que comete fallos y que se obnubila. Y que, además, mantiene sus errores de cara a las porterías rivales. En la primera parte, falló ese mano a mano inicial y después un cabezazo clarísimo que ni siquiera llegó a conectar porque dio un golpe al aire con la frente. Además, Benzema llegó a recibir algún que otro silbido. El público del estadio Santiago Bernabéu no personalizó en nadie a la media hora, cuando con 0-0 pitó a todo el equipo. Pero el delantero francés se llevó la única pitada individualizada de la noche y provocó división de opiniones cuando salió del campo por Lucas Vázquez a falta de quince minutos para el final. Con Cristiano hay más paciencia. Parece que al portugués le han echado un mal de ojo. Todo lo que metía el año pasado y los anteriores, ahora no entra. Contra Las Palmas lo intentó de todas las maneras. En la primera parte, pudo marcar con un cabezazo y con un disparo ajustado. También lanzó dos faltas a la barrera. En la segunda, lo intentó con un disparo de rosca que rozó la escuadra. Pero por lo menos, asistió a Isco en el tercer gol del Real Madrid. Desde la banda derecha dio un pase medido al centrocampista malagueño, que se llevó la gloria gracias a esa asistencia. El Bernabéu coreó su nombre mientras Cristiano celebró el gol de forma moderada. El portugués encontró esa conexión con Isco que parece escondida con Benzema. Pero Cristiano vive del gol, darlos le satisface, pero no tanto. Y el Bernabéu es más comprensivo con él. En su último falló ante la portería canaria, fue aplaudido y animado por el estadio blanco. Zidane debería preocuparse. Una de las claves del éxito del Real Madrid en las últimas temporadas ha sido la conexión entre Cristiano y Benzema. Cuando se ha cumplido el primer tramo de la temporada, esa conexión es casi inexistente. A estas alturas del curso, la sociedad Cristiano-Benzema es limitada. Por ahora.
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