Roberto Carlos explica las licencias de los galácticos y cómo se 'cargaban' a los entrenadores

Roberto Carlos explica las licencias de los galácticos y cómo se 'cargaban' a los entrenadores
- J. C.
Enrique GarcíaEnrique García4 min lectura
Que los galácticos dominaban algo más que el vestuario del Real Madrid es algo que ya se intuía, pero Roberto Carlos ha puesto en palabras cómo de influyentes eran los Ronaldo, Beckham, Zidane y compañía dentro del club.

En una entrevista con Vítor Bahía, exportero del Barcelona, en el Canal 11 de Portugal el que fuera lateral zurdo ha dado rienda suelta a sus recuerdos.

Una de las víctimas del vestuario blanco fue Camacho: "En la época de los galácticos éramos siete... era un peligro en el vestuario. Siempre lo controlamos bien, teníamos buena relación, menos con Camacho que aguantó diez días. Llegó al vestuario, saludó a todo el mundo, muy serio y con historia en el Real Madrid. Yo solo observaba a ver qué iba a decir. 'Quiero a todo el mundo mañana a las 7:00 de la mañana'. Normalmente entrenábamos a las 10:30. Hablamos con él para intentar cambiar el horario, nosotros teníamos nuestras costumbres", cuenta.

Tampoco Luxemburgo sobrevivió demasiado: "Con Luxemburgo pasó lo mismo. En el segundo partido de Liga, teníamos la costumbre de llegar a la concentración, dejar las maletas en la habitación y antes de la cena tomar nuestra cerveza y nuestro vino. Encima de la mesa siempre había dos botellas de vino. Ronaldo y yo le dijimos: 'Profesor, la gente aquí tiene sus costumbres, lo vas a ver, pero intenta no cambiarlas. No quites las botellas de vino de la mesa y la cerveza antes de la cena porque si no vamos a tener problemas. ¿Qué hizo? Quitó primero las cervezas y luego las botellas de vino. Duró tres meses. El mundo del fútbol es pequeño, las noticias van llegando a la directiva y 'ciao'".

Del Bosque fue el que mejor les comprendió:: "Era más un amigo. No necesitas reglas. El jugador sabe lo que tiene que hacer. Nos entendía perfectamente. Los entrenamientos de lunes y a veces los martes eran a las 17:00 de la tarde. No los ponía a las 11:00 de la mañana porque casi nadie llegaba", cuenta.

El nivel de excentricidad era tal, que Roberto Carlos lo ve hoy de otra manera: "Yo hoy pienso: ¿cómo es posible que hiciéramos tantas tonterías? Acababa cada partido y era todo avión privado. Nos encontrábamos en la terminal privada de Barajas. Era Beckham que iba no sé a dónde, Figo, Zidane que iba a tal lugar, Ronaldo, yo... y teníamos que entrenar pasado mañana. Yo rezaba para que los partidos fuesen los sábados para poder ir a la Fórmula Uno los domingos. Eran vuelos privados para todos lados. Una locura"

Pese a todo, el alegre exdefensa, recuerda con nostalgia aquellos tiempos: "El ambiente en el vestuario, el ambiente en el hotel, había ambiente de vestuario de verdad. Lo echo de menos pero siempre que hay partidos benéficos, voy e intento hacer las mismas cosas dentro del autobús. El ambiente del fútbol es maravilloso".
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