Estadio Deportivo4 min lecturaValencia 4 oct (EFE).- El Valencia mostró este sábado en el encuentro ante el Betis, perdido en casa por 0-2, una llamativa falta de recursos, en definitiva de fútbol, para estar a la altura del rival en un comienzo de temporada en el que acusa sus numerosas bajas y la ausencia de altas y en el que incluso cuando ha ganado, ha sido incapaz de mostrarse superior al oponente.
Tras la disputa de los primeros quince puntos de la Liga, el Valencia acumula siete con dos victorias, un empate y dos derrotas, una puntuación que está por encima de lo que futbolísticamente ha ofrecido el equipo.
En su debut ante el Levante, el Valencia superó con goles más que con juego a un equipo que se adelantó dos veces en el marcador , pero que desperdició una buena oportunidad para ganar.
En el segundo encuentro, en Vigo ante el Celta, las decisiones arbitrales no le beneficiaron, pero el equipo gallego hizo merecimientos para vencer por una diferencia superior al 2-1 con el que se impuso.
El Huesca se tuvo que conformar con un empate a uno en Mestalla en un partido en el que también fue superior a los hombres de Xavi Gracia y ante la Real Sociedad, la victoria por 0-1 a domicilio se fraguó a base de solidez defensiva y capacidad para contener al rival, en el que ha sido el mejor encuentro del Valencia hasta la fecha, aunque sin haber llegado a imponer su ritmo de forma contundente.
Lo peor se vivió ante el Betis en Mestalla, donde el equipo andaluz campó a sus anchas y dejó al Valencia en evidencia y sin opción alguna de entrar en el encuentro.
Tras cinco partidos, se pueden extraer algunas conclusiones. La primera de ellas estrictamente futbolística, pues no queda claro a qué juega el equipo, incapaz de sacar la pelota con autoridad, superar la presión del contrincante, elaborar fútbol en la medular o hacer llegar en condiciones los balones largos que se desplazan desde la defensa al ataque.
Sin características futbolísticas definidas, el único aspecto positivo es el de la entrega con la que se emplean sus jugadores, aunque estas prestaciones no van acompañadas de claridad en el juego, en algunos casos de calidad y en muchos de experiencia.
Jugadores que en un pasado reciente eran complementarios, se han visto obligados a dar un paso adelante para convertirse en los motores del equipo, pero da la impresión de que no todos están preparados para hacerlo.
Todo ello es consecuencia de la política deportiva del club marcada por las numerosas salidas y la ausencia de llegadas a veinticuatro horas del cierre del mercado de verano.
Las salidas han sido todas de hombres clave en los éxitos del Valencia reciente (Garay, Parejo, Coquelin, Ferran Torres y Rodrigo), aunque también se han marchado jugadores que ayudaron como Jaume Costa, Piccini o Florenzi.
Las alternativas a estos futbolistas son jóvenes como Thierry, Musah, Álex Blanco, Esquerdo o Racic, algunos de ellos con un buen futuro por delante, pero todos lejos de gozar a estas alturas de su carrera de la importancia de los que se han ido.
Con este panorama, Gayà, Wass o Maxi Gómez están llamados a ser la columna vertebral del equipo junto al lesionado Gabriel Paulista o el recién reincorporado Carlos Soler, a la espera de lo poco que el mercado puede dar de sí en las próximas horas para un equipo que parece llamado a luchar por la permanencia.
Alfonso Gil