Estadio Deportivo3 min lecturaParís, 3 oct (EFE).- El español Roberto Carballés no pudo terminar su partido de tercera ronda de Roland Garros contra el búlgaro Grigor Dimitrov y, con problemas físicos, se retiró tras perder el segundo set, por 6-1 y 6-3, tras poco más de una hora de juego.
El tenista levantino, que llegó por vez primera a la tercera ronda de un Grand Slam tras un épico partido frente al joven prodigio canadiense Denis Shapovalov, cabeza de serie número 9, llamó a la asistencia médica tras perder el primer set.
Tomó unos medicamentos y pudo seguir en el partido, pero tras ceder la segunda manga prefirió retirarse.
Dimitrov jugará por un puesto en cuartos de final contra el griego Stefanos Tsitsipas, que también se benefició del abandono de su rival, el esloveno Aljaz Bedene, cuando había perdido dos mangas, por 6-1, 6-2, 3-1 y abandono.
Carballés, de 27 años, ha completado su mejor participación en un Grand Slam, donde por vez primera ganó un partido a cinco sets y donde derrotó por primera vez a un top10.
El tenista español aseguró que pasó mala noche y que los síntomas, que los doctores han descartado que se trate de la COVID-19, fueron a peor durante el partido, por lo que optó por retirarse.
"El sabor de boca ahora es bastante duro. Tras la pelea del otro día tener que renunciar a este partido, que no he podido luchar, es difícil", afirmó el español.
Carballés explicó que se recuperó bien de la paliza contra Shapovalov, pero que en la pasada madrugada se levantó con temblores y dolor estomacal.
Había cenado lo mismo que las noches anteriores para evitar malas sorpresas.
Aunque por la mañana parecía que se encontraba mejor y pudo hacer el calentamiento con el chileno Cristian Garín, a medida que se acercaba la hora del partido los síntomas empeoraron.
"Entré a la pista tiritando. Traté de jugar para ver si mejoraba durante el partido, pero al revés, iba a peor", aseguró el jugador.
Carballés afirmó que hace dos días pasó un test de la COVID-19 negativo y que los médicos han dicho que los síntomas que tiene no se corresponden con ese virus.
"Creen que es un virus estomacal, algo que me ha sentado mal. Cuando trato de comer algo vomito, no son los síntomas de la COVID-19", aseguró.
Carballés cree que ya pasó el coronavirus en febrero pasado, cuando viajó a Buenos Aíres para la gira en América Latina.
Allí se sintió mal, pero entonces esa enfermedad no se conocía mucho en Argentina, por lo que no le hicieron test.
De vuelta a España se hizo una prueba serológica que reveló que tenía anticuerpos, lo que le lleva a pensar que pudo pasar allí la COVID-19.