TENIS ROLAND GARROS

Sinner, el arte de mirar a los ojos

Sinner, el arte de mirar a los ojos
Sinner, el arte de mirar a los ojos
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura

París, 5 oct (EFE).- A los 13 años, Jannik Sinner se había convertido en uno de los más prometedores esquiadores de Italia. Nacido en San Cándido, un enclave alpino donde las raquetas se usan más para caminar sobre la nieve que para golpear bolas, el joven deportista decidió entonces cambiar los descensos por el tenis.

Seis años más tarde, convertido en el más joven tenista del top100, el jugador de gesto aniñado se medirá por un puesto en las semifinales de Roland Garros contra el español Rafael Nadal, el ganador de 12 de los últimos 15 trofeos en París.

¿Por qué este oriundo del bajo Tirol decidió cambiar de deporte tras haber sido campeón nacional de descenso benjamin en 2008? "El esquí solo dura un minuto y medio, demasiado corto. Me gusta mirar a los ojos a mi adversario y en esquí, compites sin saber cómo vas, sin ver si tu rival está frustrado o contento. Eso me encanta".

"Y eso que era mejor esquiando que jugando al tenis. Pero no me arrepiento. Por lo menos por ahora", asegura el transalpino, que refugia tras una sonrisa tímida los últimos retazos de su adolescencia.

"Ya sé que son dos deportes que no tienen nada que ver. Pero es posible que gracias al esquí tenga un mejor juego de piernas, más sólido, que me ayude a equilibrar cuando deslizo sobre la tierra batida", agrega.

PROMESA ITALIANA

En poco tiempo, el jugador se ha convertido en la más seria promesa del tenis de su país, que tras unos años de sequía, regresa con fuerza y nombres importantes en el circuito, tanto en el masculino como en el femenino.

Sinner asegura que su apellido se pronuncia a la austríaca. Su pueblo está a apenas 20 kilómetros de la frontera con Austria, un lugar que ha dado pocos tenistas a Italia, acostumbrada a tenistas del sur forjados sobre tierra batida y no a este rubito de ojos claros que creció en las pistas duras.

En poco tiempo, el joven jugador dio un salto monumental. Tras ganar un torneo aficionado en Bérgamo a principios de 2019, optó por disputar el circuito profesional y, nueve meses más tarde, se proclamó ganador del "Next Gen", que a final de temporada mide a las 8 mejores raquetas de menos de 21 años, una suerte de Torneo de Maestros sub-21.

En una temporada, Sinner da un salto de 500 puestos en el ránking para convertirse en el benjamín de los 100 mejores. El suizo Roger Federer, el más veterano, su ídolo, tenía 20 años cuando él nació.

"Es el fruto de un trabajo riguroso de cuatro años", afirma el jugador, que rinde homenaje a su entrenador, el italiano Riccardo Piatti, que en el pasado dirigió a Ivan Ljubicic o Novak Djokovic. "Con él, mi tenis encontró sentido".

DEBUTANTE PRECOZ

Por ahora, en su cuarta participación en un Grand Slam está causando sensación. Tras ganar a un febril Alexander Zverer en octavos, se en el cuartofinalista más joven de Roland Garros desde 2006, cuando lo logró Novak Djokovic con unos días menos.

Una de sus fortalezas es su fuerza mental, que contrasta con el espíritu dubitativo de Fabio Fognini, el portaestandarte del tenis italiano al que aspira a suceder.

"Me gusta ganar a cada juego, no me gusta jugar a no perderlo. Trato de trabajar esa agresividad, de subir más a la red, de descifrar el juego del rival para adaptarme", señala.

SANGRE FRÍA

Esa sangre fría le ha llevado a convertirse en el primer tenista que llega a cuartos en París en el año de su debut desde que en 2005 lo hiciera Nadal.

Ese hambre de competición le hizo aburrirse del circuito júnior, donde aseguraba que los tenistas jugaban más a no perder que a ganar. "Era mejor en Futures (la tercera división), donde hay que ser mentalmente más fuerte que el adversario para ganar".

Eso es lo que ama por encima de cualquier otra cosa. Superar al rival, superarse a si mismo, avanzar, escalar.

"Ser jugador de tenis es ir quemando etapas. Entre el 500 y el 100 del ránking todo fue muy rápido. Puede que ahora tenga que tener un poco más de paciencia. Todavía tengo mucho que aprender antes de optar a los grandes títulos. Pero en mi mente, ya me siento preparado", señala.

Luis Miguel Pascual

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