TENIS ROLAND GARROS

La aceleración del "Peque"

La aceleración del "Peque"
La aceleración del "Peque"
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura

París, 4 jun (EFE).- Mejor raqueta del tenis latinoamericano, amante de los samurais y dueño de una extraordinaria tenacidad que le sirve para compensar su baja estatura. El argentino Diego Schwartzman espera confirmar este sábado su tendencia ascendente en Roland Garros ante el alemán Philipp Kohlschreiber, de 37 años.

"El Peque" ingresó en la Puerta de Auteuil atenazado por las dudas. Sus tres derrotas previas a la arcilla parisina, todas en primera ronda (Madrid, Roma y Lyon), crearon un ruido que le llegó a perturbar. A pesar de haber ganado el torneo de Buenos Aires en marzo y de haber hecho cuartos de final en abril en Barcelona.

Con Juan Martín del Potro lesionado y fuera del circuito hace tiempo, Schwartzman sintió en la piel la presión de los hinchas y la prensa argentina.

"Hace seis meses logré semifinales y entré en el top ten, y ahora parecía que mi carrera era una catástrofe por haber perdido tres partidos", lamentó, en su debut victorioso en el Gran Slam francés.

El número 10 del mundo ganó tiempo en la arcilla parisina gracias a un sorteo amable, en el que se midió a dos rivales con un ránking asequible. Primero fue taiwanés Lu Yen-hsun (680 del mundo que entró con ráking protegido) y en segunda ronda, el esloveno Aljaz Bedene (56). Invirtió en ambos en tres sets.

"Creo que estoy bien, cada día más cómodo", constató el bonaerense, al ganar a Bedene.

Suelto en sus declaraciones a la prensa y sin tener que responder continuamente a las preguntas sobre el hándicap que supone tener 1,70 metros, como le sucedió en el Roland Garros de 2018, cuando su nombre empezó a asentarse en los grandes torneos, "el Peque" sigue con la suerte de cara en los cruces.

Este sábado le tocará Kohlschreiber, de 37 años y quien dejó en la cuneta al ruso Aslan Karatsev. El tenista germano (n.132) era el favorito de Schwartzman para tercera ronda. Katarsev había sido su verdugo en Madrid.

Solo hay un precedente entre el argentino y el alemán. Unos cuartos de final en Viena en 2017, en pista dura, vencido por Kohlschreiber por 7-5 y 7-6(6). Desde ese duelo, la carrera de ambos han tomado dinámicas opuestas.

"El Peque", de 28 años, inició entonces su ascensión en el circuito, coronada por las semifinales de Roland Garros de 2020 y por cuatro títulos ATP, entre ellos un 500 de Rio de Janeiro.

Mientras, ese 2017 fue el comienzo de la cuesta abajo de Kohlschreiber, quien venció ese año el último de sus ocho trofeos, el de Kitzbuhel.

LA PACIENCIA DE UN SAMURAI

Entrenado por Juan Ignacio Chela, Schwartzman ha logrado mejorar su explosión y resistencia, que, unida a la paciencia con la encarna los encuentros, le sirven para ir desmontando a sus rivales.

Una paciencia que empezó a cultivar desde niño, cuando leía cómics sobre samurais -guerreros de elite del antiguo Japón- y se sentía fascinado por su manera de encarar la vida, sobre todo por la meditación como herramienta para promover la concentración y vivir el presente.

La tenacidad es otra marca de la casa. Sin ella, nunca habría llegado a ser un top ten.

Schwartzman ha recordado en alguna entrevista cuando el doctor le dijo que no sobrepasaría el 1,70 metros, una estatura inusual en tenistas de elite. Los más altos tienen la ventaja de generar golpes más fuertes, sobre todo en el saque.

Pensó en abandonar la raqueta, pero sus padres le animaron a seguir. "Me dijeron que mi estatura no debía interferir en mis sueños", evocó el mejor tenista latinoamericano de la actualidad.

Antonio Torres del Cerro

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