Por la mañana sale el sol (Opinión)

Maletín en Villamarín

Maletín en  Villamarín
- Eduardo Gil
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Las primas se inventaron al mismo tiempo que el negocio del fútbol. Da vergüenza ajena que sea ahora cuando Hacienda se haya puesto las pilas y amenace a clubes y capitanes. Será que no escucha la radio, ni lee la prensa deportiva desde hace décadas. Informativamente, no podemos ser cómplices. Todavía esperamos ansiosos que llegue el momento en que el jefe de clan ponga en manos de la Fiscalía Anticorrupción con éxito a alguno de los protagonistas del 'maletineo' de siempre: Levante, Zaragoza, Betis... Sí, también jugadores del Betis pringados en el 'caso Osasuna'. Por eso, a más de uno ya le vale si se le pasa por la cabeza otra cosa que no sea ganarle al Getafe. Y no por el Sporting, sino por intentar ser décimo, aumentar los ingresos del club, dar una alegría a la gente que cree y paga, maquillar la temporada en el cierre, y porque sencillamente es lo honesto.

Las primas por ganar no son un soborno, pero sí un fraude a la competición. Para colmo de males, es dinero negro que nunca tributa, como si la pasta que entra en un vestuario de manera legal fuera poca. Quien hace la ley, hace la doble trampa. Meses después de un resultado que marca un título o un descenso, contemplamos el tráfico de futbolistas. Normalmente, un club poderoso agradece los servicios de uno más débil. Tranquilos, en las manos de la Agencia Tributaria, Tebas, Villar o Rubiales, todo está bajo control. Seguirán tomándonos el pelo delante de nuestras narices.
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