El 'Simeonismo ilustrado' tiene difícil relevo en el Atlético. Al Cholo le pasa como a Monchi, que no puede irse sin pasar antes por caja, a pesar de haber sido todo. No está claro que vaya a abandonar el Vicente Calderón, pero conforme pasan los días pesa más su desesperanzado discurso la noche de Milán. O un ofertón del PSG. Lo último que necesita el sevillismo estos días es que Gil Marín piense en Unai como un posible inquilino del banquillo en el subcampeón de Europa.
No está el Sevilla para más vaivenes y menos para un segundo golpe en su línea de flotación. Ciertamente, Emery no ha movido un músculo. De hecho, ha desoído algún canto de sirena procedente de Inglaterra. No obstante, lo más parecido al Cholo que hay de garantía en el mercado es el fútbol de laboratorio de Unai Emery. Precaución, amigo conductor. Tampoco es que deba instalarse el modo paranoia en Nervión, pero atención a los efectos colaterales y a los movimientos de los gigantes del fútbol europeo. Porque todos están mirando al Sevilla, cuyo gran éxito sería poder mantener a la pareja Unai-Monchi para terminar de montar un equipo este verano. Para eso tienen importantes cláusulas de salida. El 'Pentacampeón' no merece menos.
Eduardo Gil2 min lectura