ATLETISMO ZÚRICH

Niyonsaba se confirma con una magnífica fondista en un escenario único

Niyonsaba se confirma con una magnífica fondista en un escenario único
Niyonsaba se confirma con una magnífica fondista en un escenario único
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 7 min lectura

Redacción deportes, 8 sep (EFE).- La atleta burundesa Francine Niyonsaba confirmó su perfecta adaptación a su nueva condición de fondista, tras imponerse este miércoles en la prueba de los 5.000 metros de la final de la Liga de Diamante, disputada en una novedosa pista urbana situada en el corazón de la ciudad suiza de Zúrich.

En su empeño de acercar el atletismo al gran público los organizadores de la "Weltklasse" abandonaron las pistas del legendario estadio Letzigrund, donde se disputará el jueves la segunda sesión de las finales de la Liga de Diamante, para trasladarse a la céntrica Sechseläutenplatz.

Con el teatro de la ópera como fondo las participantes en la final de los 5.000 metros se enfrentaron a un novedosa pista de 560 metros, lo que no dio validez estadística a las marcas realizadas este miércoles en Zúrich, con tres únicas curvas y una larguísima recta.

Un trazado que no varió el plan de carrera previsto, ya que mientras que Niyonsaba, aguardaba a la última vuelta para imponer su mayor velocidad terminal, la keniana Hellen Obiri, medalla de plata en los Juegos de Tokio, trató de acelerar el ritmo todo los posible para tratar de desfondar a la atleta burundesa.

Pero Niyonsaba, medalla de plata en los 800 metros en los Juegos de Río 2016 y que se ha visto obligada a reconvertirse en fondista tras su decisión de no someterse a un tratamiento para rebajar su excesiva producción natural de testosterona, no sólo aguantó el ritmo de Obiri, sino que llegar el último giro se situó al frente de la prueba.

Un primer puesto que Niyonsaba, que llegaba a Zúrich tras imponerse en las tres últimas semanas en Eugene -Dos millas-, París -3.000 metros- y Bruselas -5.000-, no cedió, pese al ataque final de Obiri, para alzarse con el diamante con un tiempo de 14:28.98 minutos.

Setenta centésimas menos que la keniana Hellen Obiri, segunda con un crono de 14:29.68, mientras que la tercera plaza fue para la etíope Ejgayehu Taye con una marca de 14:30.30.

Si Francine Niyonsaba logró imponer su mejor final en la prueba femenina de los 5.000 metros, en la masculina el etíope Yomif Kejelcha, doble campeón del mundo de los 3.000 metros en pista cubierta, acabó desfondado y superado por claridad por su joven compatriota Berihu Aregawi de tan sólo 20 años.

Tras resistir el fuerte ritmo que impusieron los kenianos Nicholas Kemeli, Michael Kibet y Jacop Krop, el etíope Kejelcha no pudo resistir el larguísimo ataque final de Aregawi, que a falta de dos vueltas tomó la cabeza de la prueba.

Un acelerón al que no pudo responder Kejelcha, que llegada la última vuelta se descolgó definitivamente Berihu Aregawi, cuarto en los 10.000 en los Juegos de Tokio, y que se impuso en la Sechseläutenplatz de Zúrich con una marca de 12.58.65 minutos.

Casi tres segundos menos que el atleta de Baréin Birhanu Balew, segundo con un tiempo de 13:01.27, mientras que Yomif Kejelcha, que se hundió en los últimos metros, acabó quinto con un registro de 13:04.29 minutos.

Si Niyonsaba y Aregawi interpretaron una magnífica aria a los pies del Opernhaus de Zúrich, Mariya Lasitskene dio el "do de pecho" en una espectacular final de salto de altura, en la que la rusa confirmó su condición de reina indiscutible de la especialidad.

Lasitskene, vigente campeona olímpica y mundial, logró el quinto diamante de su carrera, tras imponerse este miércoles en Zúrich con un salto de 2,05 metros, la mejor marca mundial del año.

Y es que la saltadora rusa, que tiene una mejor marca personal de 2,06, tuvo que exprimirse como nunca para doblegar a la ucraniana Yaroslava Mahuchikh y a la australiana Nicola McDermott

De hecho, Mariya Lasitskene pareció contra las cuerdas tras fallar sus dos primeros intentos sobre 1,96 metros, pero la saltadora rusa tiró de oficio y superó a la tercera el listón.

Un salto que pareció catapultar a la saltadora rusa que acabó alzándose con el triunfo con una marca de 2,05 metros, dos centímetros más que la ucraniana Mahuchikh -2,03- y cuatro más que la australiana McDermott -2,01-, que intercambiaron sus puestos en el podio con relación a los pasados Juegos Olímpicos de Tokio.

Igualmente cumplió con los pronósticos el estadounidense Ryan Crouser, el vigente campeón olímpico y plusmarquista universal, que se impuso en la final de lanzamiento de peso con un mejor tiro de 22,67 metros.

Crouser, que este año ha saldado con victorias todas sus competiciones, se impuso como ya ocurrió en los pasados Juegos de Tokio a su compatriota Joe Kovacs, segundo con una marca de 22,69, mientras que la tercera plaza fue para el serbio Armin Sinancevic con un lanzamiento de 21,86 metros.

Quien no pudo cumplir con los pronósticos fue la alemana Malaika Mihambo, la vigente campeona olímpica y mundial, que tan sólo pudo ser quinta en la fina de salto de longitud con una marca de 6,56 metros.

Muy lejos de la ganadora, la serbia Ivana Spanovic, que se alzó con el diamante con un mejor salto de 6,96.

También sorprendió el triunfo de la estadounidense Maggie Ewen, que se impuso con una marca de 19,41 metros en la final de peso a la portuguesa Auriol Dongmo, cuarta en Tokio, que finalizó segunda con un lanzamiento de 18,86.

Por su parte, el sueco Thobias Montler se impuso con un registro de 8,17 metros en una final de salto de longitud en la que no participó ninguno de los tres medallistas en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio.

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