Estadio Deportivo5 min lecturaRedacción deportes, 23 may (EFE).- La italiana Simona Quadarella ratificó su condición de reina indiscutible del fondo y medio fondo continental, tras sumar este domingo al oro logrado ya en los 800 y 1.500 metros, el título de campeona de los 400 en los Europeos que se cerraron este domingo en Budapest.
Un triplete que Quadarella ya logró hace tres en años en Glasgow, donde como ocurrió en la capital magiar nadie logró cuestionar la supremacía de la nadadora transalpina.
Y es que pese al empeño de la rusa Anna Egorova, que finalmente tuvo que conformarse con la segunda plaza, nadie pudo seguir el ritmo de la italiana, que revalidó el título de los 400 libre con un crono de 4:04.66 minutos.
Casi un segundo y medio menos que la rusa Egorova, que se colgó la medalla de plata con un tiempo de 4:06.05, y más de sos segundos menos que la húngara Boglarka Kapas, que cerró el podio con un registro de 4:06.90.
Si Quadarella no encuentra rival en Europa en el fondo y medio fondo, tampoco parece que nadie pueda hacer sombra a su compatriota Benedetta Pilato en los 50 braza.
La jovencísma italiana, que el sábado estableció en las semifinales un nuevo récord del mundo con un tiempo de 29.30 segundos, se quedó este domingo a tan sólo 5 centésimas de establecer una nueva plusmarca universal, tras imponerse en la final de la prueba corta de braza con un crono de 29.35.
Un registro que permitió a Pilato, que ya sorprendió a propios y extraños cuando se colgó la medalla de plata en los Mundiales de Gwangju 2019 con apenas 14 años, aventajar en 84 centésimas a su más inmediata perseguidora, la finlandesa Ida Hulkko. Todo un mundo en apenas cincuenta metros.
El incuestionable triunfo de Benedetta Pilato escenificó mejor que nada el cambio generacional que se ha producido en estos Europeos de Budapest.
Una revolución a la que sumó también el joven nadador ruso Ilya Borodin, que acabó con el dominio de Hungría en la prueba de los 400 estilos, en la que los nadadores magiares habían logrado el oro ininterrumpidamente desde los Europeos de Madrid 2004.
Pero este domingo nada, ni nadie pudo impedir el triunfo de Borodin, que se alzó con la medalla de oro con un tiempo de 4:10.02, nuevo récord del mundo júnior.
Una marca que permitió al nadador ruso aventajar en 1.15 segundos al italiano Alberto Razzetti, plata con 4:11.17, y en 1.54 segundos al británico Max Liychfield, bronce con 4:11.56.
Un puesto más atrás, en la cuarta plaza, concluyó el húngaro David Verraszto, campeón de los tres últimos Europeos, que esta ocasión se quedó fuera del podio con un tiempo de 4:12.15 minutos.
Pero si alguien ejemplifica a la nueva hornada de jóvenes nadadores europeos es el magiar Kristof Milak, que sumó este domingo a su título de campeón de los 200 mariposa, el oro en la final de los 100 mariposa.
Milak dejó claro que no sólo es el máximo favorito para colgarse el oro en los próximos Juegos de Tokio en el doble hectómetro, prueba en la que el húngaro es el plusmarquista mundial, sino que también aspira a subir al podio en los 100 con el 50.18 que firmó este domingo en el Duna Arena.
Una marca que permitió a Milak imponerse a otra joven realidad como es el búlgaro Josif Miladinov, de tan sólo 17 años, que se colgó la medalla de plata con un tiempo de 50.93, y al británico James Guy, bronce con una marca de 50.99 segundos.
La revolución juvenil la lograron contener en los 50 mariposa y 50 libre dos veteranos como la neerlandesa Ranomi Kromowidjojo, que se colgó el oro en la prueba corta de mariposa con un tiempo de 25.30 segundos, y el finlandés Ari-Pekka Liukkonen, que se impuso en el esprint corto del estilo libre con una marca de 21.61 segundos.
Por su parte, la italiana Margherita Panziera revalidó el título de campeona de Europa de los 200 espalda tras vencer con un registro de 2:06.06 a la británica Cassie Wild, plata, y a la húngara Katalin Burian, bronce.
Mientras que en las dos pruebas de relevos 4x100 estilos se impuso tanto en categoría masculina como en la femenina el equipo británico.