La confirmada ausencia de
Paraguay en el
Mundial de Rusia 2018 tras sucumbir por 0-1 este martes contra
Venezuela en Asunción abre la disyuntiva en el seno de la
Albirroja de acometer un cambio generacional que potencie los nuevos talentos y licencie a las viejas glorias del fútbol guaraní.
El agónico camino de la
Albirroja en las eliminatorias de clasificación para la cita mundialista del año que viene ha clarificado que apelar a experiencia de los veteranos ya no es suficiente en el fútbol de hoy en día, y que será necesario que los jóvenes talentos paraguayos asuman responsabilidades en el equipo.
Si bien es cierto que con la llegada hace más de un año de
Francisco 'Chiqui' Arce al banquillo el germen del cambio generacional se atisbaba en un futuro próximo, los momentos críticos de la Albirroja en las eliminatorias trajeron de vuelta la vieja costumbre de recurrir a la épica de los jugadores experimentados.
Hasta su retirada en marzo, el delantero
Roque Santa Cruz seguía siendo pieza clave en el esquema de Paraguay pese a sus 34 años, y el zaguero
Paulo Da Silva ha aguantado hasta el último partido comandando la defensa a sus 37 primaveras.
Incluso
Óscar 'Tacuara' Cardozo, de 34 años, volvió a ponerse la casaca albirroja en los últimos dos encuentros para mantener a Paraguay en la cuerda floja tras meses fuera de las convocatorias.
Sin embargo, durante los últimos partidos se ha encendido una llama de esperanza para el futuro de Paraguay en las botas de jóvenes que sí han aceptado la responsabilidad de ser piezas importantes en el nuevo fútbol de la selección sudamericana.
Óscar Romero (Alavés) se ha erigido como indispensable en tres cuartos de campo, su hermano
Ángel (Corinthians) es prácticamente inamovible en la banda para el ataque y
Miguel Almirón (Atlanta United) es el media punta que ha encontrado Arce para dar sentido a un ataque basado hasta ahora en colgar centros.
Y no solo en el ataque han surgido nuevas promesas, ya que
Gustavo Gómez (AC Milán) y
Junior Alonso (Lille) han luchado por ser futbolistas claves en el entramado defensivo de Arce.
La táctica también ha sufrido cambios, que se pudieron apreciar en ciertos momentos de los partidos de Paraguay, aunque el apuro haya llevado a la Albirroja a recurrir siempre a la 'garra guaraní' y al tesón y a la épica por encima del estilo de juego.
Sin embargo, esta camada de futbolistas nacidos en los años 90 ha crecido jugando a un fútbol muy diferente al de sus mayores y ahora necesitan juntarse entre ellos para conformar una selección que aproveche el talento que emanan sus figuras más jóvenes.
Además de los ya consolidados en las convocatorias de Paraguay, hay jugadores que están destinados a ser protagonistas en el equipo del futuro más próximo, como los delanteros
Sergio Díaz (Lugo) o
Antonio Sanabria (Betis).
Pero también será importante la inclusión de jóvenes perlas de la cantera paraguaya como
Ángel Lucena Cardozo o
Jesús Medina, del Libertad; el actual máximo goleador del Clausura,
Walter González, del Olimpia; o
Josué Colmán y
Alfio Oviedo, del Cerro Porteño.
Incluso el seleccionador de la futura Paraguay, que todavía está por ver si será 'Chiqui' Arce, deberá de atender el papel de los ahora sub-17, que demuestran sus ganas estos días en el Mundial de la categoría que se juega en la India.
Atrás quedó ya la generación que llevó a
Paraguay a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica en 2010, la mejor participación de la historia de la selección en el máximo torneo del fútbol a nivel de países.
Roque Santa Cruz, Nelson Haedo Valdez, Da Silva o
'Tacuara' Cardozo tendrán que ver por la televisión si los hermanos
Romero,
Almirón y compañía son capaces de imprimirle a la Albirroja la exigencia y calidad que demuestran en sus equipos en el extranjero.
Una generación que se ha formado en un fútbol diferente al del siglo pasado y que deberá tomar desde ahora la batuta de los veteranos para evitar que de nuevo haya que apelar a la épica para la cita mundialista de 2022 en Qatar.