FÚTBOL MUNDIAL RUSIA 2018

Marruecos: orden, solidez defensiva y la estrella sentada en el banquillo

Marruecos: orden, solidez defensiva y la estrella sentada en el banquillo
Marruecos: orden, solidez defensiva y la estrella sentada en el banquillo
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura

Túnez, 1 dic (EFE).- Marruecos, encuadrado en el grupo B con España, Portugal e Irán, afronta su quinto mundial con un equipo joven, aguerrido, cuya principal virtud es la solidez defensiva, que tiene en el banquillo a su principal estrella: el técnico francés Hervé Renard.

Único entrenador no africano que ha logrado dos títulos del continente con dos equipos diferentes -Zambia (2012) y Costa de Marfil (2015)-, Renard es un gran conocedor del fútbol africano y un especialista en mejorar equipos de clase media a base de unas defensas cerradas y solidarias que apenas encajan goles.

Zaguero del AC Cannes en la década de los ochenta, Renard aterrizó en el fútbol africano en 2010, cuando se hizo cargo de una débil selección de Zambia a la que solo dos años después, con un fútbol simple, llevó al entorchado continental tras derrotar en los penaltis a la Costa de Marfil de Didier Drogba.

Polémico y siempre crítico con la Confederación Africana de Fútbol (CAF), intentó una nueva aventura francesa con el Sochaux, pero en 2014 volvió a Costa de Marfil para devolverle a "los Elefantes" la gloria que les 'robó' en 2012.

Hervé no solo revivió a un equipo desorientado, que había perdido ya a su principal estrella, sino que le concedió una solidez defensiva que le llevó a la victoria final invicta, con muy pocos goles en contra.

Esa es una de las virtudes de todos los equipos entrenados por el francés y la fórmula de su éxito en el continente: sabe darle al talento africano el orden defensivo, la tensión competitiva y la concentración del fútbol europeo.

En aquella Costa de Marfil de 2015 destacaron los hermanos Touré, en especial el exbarcelonista ahora en el Manchester United Yaya Touré, pero sobre todo jugadores como Eric Bailly, que al año siguiente pasaría del Villareal al Manchester United.

Además del rigor defensivo y del trabajo de presión incansable en el centro del campo, los equipos de Renard son planos en ataque, con una capacidad goleadora muy restringida.

En Marruecos, país al que llegó en febrero de 2016, la calidad la pondrán el media punta del Ajax Hakim Ziyech, verdadera estrella del equipo, y la solidez el experimentado defensa de la Juventus de Turín Medhi Benatia.

En medio campo también destaca la versatilidad y la potencia del centrocampista del Southampton Sofiane Boufal, uno de los pilares del equipo, mientras que se espera mucho espacio para el progreso del lateral derecho del Real Madrid Achraf Hakimi.

La debilidad está arriba: durante la fase de clasificación para Rusia 2018, Marruecos anotó 11 goles en seis partidos, sin recibir uno solo en contra.

Empató tres y ganó tres, entre ellos el último, el que le dio el pase a la fase final del Mundial al derrotar 0-2 a domicilio precisamente a los marfileños.

En aquel partido, la punta de ataque fue para el media punta del Feyenoord Sofyan Amrabat y el delantero Khalid Boutaïb (Yeni Malatyaspor), único hombre que el francés deja en punta, y que alterna con los jóvenes Rachid Alioui (Nîmes) y Achraf Bencharki (Wydad Casablanca).

Los dos goles fueron, sin embargo, obra de dos defensas: el propio Nenatia y Nabil Dirar (Fenerbache), otro de los pilares de la defensiva Marruecos de Renard.

Un hermetismo defensivo que le ha llevado a regresar al Mundial diez años después y en el que es igualmente fundamental el portero del Numancia Munir Mohammedi.

En los cuatro mundiales que ha disputado, Marruecos ha ganado dos partidos (en México 1986) y en Francia 1998, empatado cuatro y perdido el resto.

En Francia, encuadrado en el grupo de Brasil, perdió con los sudamericanos (3-0), empató (2-2) con Noruega y ganó por un contundente 3-0 a Escocia, su último partido y victoria en una Copa del Mundo.

Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram