Tres futbolistas concentran la actualidad del
Sevilla en el capítulo de renovaciones, cada uno con sus circunstancias y con el punto en común de que representan el liderazgo dentro de un plantel en el que la unidad de todos sus miembros ha sido una de las claves del éxito.
Beto,
Fazio y
Coke son pilares en los que se asienta el vestuario nervionense y la intención de la entidad es que continúen siéndolo. Así se lo han transmitido tanto
Monchi como
Emery, aunque las conversaciones quedarán aparcadas hasta bien entrado el mes de julio, ya que el director deportivo se centra en el capítulo de incorporaciones y los futbolistas se encuentran de vacaciones o disputando el
Mundial en el caso del portugués
Beto.
Por partes. Paradójicamente, el caso de
Fazio es el que más urge, aunque su contrato no expira hasta
2018. Sin embargo, su
cláusula de rescisión de
10 millones de euros lo convierte en una pieza apetecible en el mercado. En su caso no se valora una ampliación sino una adecuación del mismo, con un aumento de ése apartado y, en contraprestación, también de los emolumentos del zaguero argentino. Las bases están sentadas para que la negociación llegue a buen puerto pues el futbolista ni siquiera oye las numerosas
propuestas que le llegan, sobre todo desde
España y desde
Italia.
En cuanto a
Coke, que sí acaba en
2015, su línea ascendente desde la segunda mitad de la 12/13 le ha convertido en una figura muy importante para
Unai Emery, que siempre ha vuelto a él para ocupar el lateral derecho. Sobrevió a las irrupciones de
Cicinho y
Diogo y acabó como titular en la final de
Turín. El futbolista madrileño y el club están en buena sintonía, tal y como confirmaba a ED su representante,
Iñaki Espizúa, quien reconocía que las conversaciones se habían iniciado con buen pie, aunque "quedaba bajar al detalle" para concretar los temas más importantes de una ampliación de contrato: duración del mismo, cláusula de rescisión y emolumentos por las temporadas que renueve el madrileño.
Beto, cuyo contrato también expira en
2015, es la figura que admite más
dudas y no precisamente por su rendimiento en una 13/14 en la que ha sido básico para la conquista de la tercera Europa League de la entidad. A sus 32 años, el arquero luso buscará la estabilidad de un contrato lo más largo posible y no hay que olvidar que tras ejercer la opción de compra el pasado verano el
Sevilla únicamente le ofreció dos temporada más. A
Beto no le han faltado equipos que han llamado a su puerta para conocer su disponibilidad a cambiar de aires, sobre todo por el escaparate que significa ser el héroe de la tanda de penaltis de la final de la
Europa League. La respuesta inmediata del luso ha sido que primero quiere hablar con el
Sevilla, que se ha
comprometido a sentarse con el internacional luso cuando termine el
Mundial para tratar su situación. El portero se encuentra a gusto en
Sevilla, donde se siente como en casa y a igualdad de condiciones elegirá continuar en
Nervión, pero en la planta noble del
Sánchez Pizjuán, aunque se le valorará como merece, no van a entrar en una subasta por el guardameta. Son numerosos los seguimientos de porteros que se han hecho durante la temporada y, aunque la preferencia es que
Beto continúe, no faltarán alternativas para ocupar su hueco si se fuera.