Protegido, entre acantilados, al norte, y la costa del mar Adriático, al sur, el
Stadion Kantrida representa una estampa tan inusual como bella. Un curioso recinto donde el Rijeka se siente fuerte. No en vano, al calor de los
12.600 aficionados que tienen cabida en sus gradas, el conjunto croata acumula ya
nueve encuentros consecutivos sin conocer la derrota en el Viejo Continente. Una meritoria racha que viene a confirmar la condición de fortaleza adoptada por este estadio construido en 1912 sobre una antigua cantera de piedra, que el pasado año tuvo que adaptar sus instalaciones para recibir el visto bueno de la UEFA de cara a la fase de grupos de la competición.
El
Metalist Kharkiv ucraniano, en 2009, fue el
último conjunto europeo en salir victorioso del barrio que da nombre a este peculiar terreno de juego (1-2). Desde entonces, eso sí, el Rijeka, ausente en las tres campañas posteriores, sólo ha participado en la pasada edición del torneo, donde
sumó tres victorias en las diferentes rondas previas, frente al
Prestatyn galés (5-0), el
Zilina eslovaco (2-1) y el
Stuttgart alemán (2-1), enlazando luego
tres empates en la fase de grupos, ante
Betis (1-1),
Olympique de Lyon (1-1) y
Vitória de Guimaraes (0-0).
En el presente ejercicio, además, el conjunto croata, uno de los cuatro equipos que siguen vivos tras acceder en la segunda ronda de clasificación, ya acumula
tres triunfos en los que, además, ha dejado su
puerta a cero, frente a
Ferencvaros (1-0),
Vikingur (4-0) y
Sheriff (1-0). Sin duda, un aviso ante las posibles confianzas sevillistas.