A buen seguro, la portada del diario Marca de ayer debió despertar sonrisas y diferentes comentarios en el seno de la secretaría técnica del
Sevilla. El diario capitalino avanzaba que el
Real Madrid tiene a
Lucas Silva como principal opción para reemplazar a
Sami Khedira, quien acaba contrato en junio y se niega a renovar con los blancos.
Resulta casi imposible que el nombre de un
joven talento mundial no aparezca en la base de datos del equipo de trabajo de
Monchi, pero es que, en este caso, el seguimiento ha sido exhaustivo, tal y como reconocía el propio director deportivo nervionense a ED el pasado mes de julio en una entrevista: "Hay jugadores jóvenes, como
Lucas Silva, del
Cruzeiro, al que
controlamos. Te puedo decir que es un jugador que no va a venir, pero hemos realizado más de 12 informes de él. Quizás, eso sí, esta información pueda sernos útil en un futuro".
Quizás, quién sabe, pueda ser ya útil incluso la
próxima temporada, si acabase el brasileño en
Chamartín. En este momento, su precio estimado es de unos
15 millones de euros, con lo que para el
Sevilla, que le ha visto crecer, se ha convertido en
inalcanzable. Extrañó en
Brasil que
Dunga no citase en su última lista a este jugador de 21 años que se desempeña como pivote de acompañamiento por delante de la defensa, tanto en el 4-2-3-1 más habitual del
Cruzeiro como en el 4-2-2-2 clásico suramericano, mientras que en el 4-3-2-1 que ha utilizado en ocasiones su técnico,
Marcelo Oliveira, lo ha hecho como volante zurdo.
Pese a que ha progresado en el marcaje y la lucha cuerpo a cuerpo (aún no lo suficiente),
Lucas Silva es, sobre todo, un jugador muy
inteligente tácticamente, con sobresalientes lecturas de las diferentes situaciones de un partido y con un
preciso pase (le gusta mucho jugar en largo), además de tener golpeo lejano. Antes de pivote, era delantero.
Carlos Pérez2 min lectura