El avión sevillista sobrevuela la Liga desde las alturas, por encima de las nubes de las dudas, con una velocidad de crucero y un protocolo de seguridad que le ha permitido trazar hasta ahora una hoja de ruta histórica. Ha sabido volar a favor y en contra del viento y a día de hoy transmite la sensación de que posee combustible suficiente para alcanzar el destino que se proponga, con recursos para sobreponerse a las turbulencias y consolidar un rumbo aún desconocido pero enormemente ilusionante para el sevillismo.
Un cúmulo de virtudes que le ha elevado en el torneo liguero y que hoy utilizará de lanzadera para tratar de tomar altura también en la
Europa League, en la que despegó ante el
Feyenoord y salvó el liderato del
Grupo G en Rijeka con un ejemplo de su probada capacidad de supervivencia -
M´Bia empató en la prolongación-. Así, el
Sevilla hace escala esta tarde-noche en el
Maurice Dufrasne con la intención de encarrilar la clasificación para los dieciseisavos de final con la victoria ante el
Standard, un histórico belga en horas bajas.
No en vano, el club de Lieja, entre los más laureados de la
Jupiler League, se encuentra inmerso en una crisis deportiva y social, muy alejado de sus puestos habituales en Liga y con una evidente ruptura entre la afición y el equipo tras la derrota del domingo contra el
Zulte Waregen y los incidentes acaecidos durante el envite. Esta caótica situación -ha perdido cinco partidos en el campeonato y ocupa la duodécima posición- provocó la dimisión del técnico
Guy Luzon, por lo que hoy se sentará en el banquillo un entrenador interino,
Ivan Vukomanovic, quien se enfrenta a un ambiente caldeado y a una grada predispuesta a cargar contra ´Les Rouches´ si las cosas se tuercen.
Circunstancia de la que debe obtener provecho el Sevilla para sumar los tres puntos y, de camino, vengar la derrota sufrida en la 2008/2009, si bien aquel Standard difiere mucho del actual, muy venido a menos y con mucho menos potencial. Para ello,
Emery, fiel a su política de rotaciones, prepara nuevos cambios en el once, en el que entrarán futbolistas menos habituales o que se perdieron el último encuentro, casos, por ejemplo, de Iborra,
Reyes e Iago Aspas.
El valenciano formaría el doble pivote con
Krychowiak o M´Bia; el utrerano podría partir de la derecha o de la izquierda; y el tercero dispone de opciones de disfrutar de su segunda titularidad -fue de la partida en Rijeka- como punta de lanza e, incluso, por detrás del delantero, aunque, todo apunta a que la tarea de enganche corresponderá a
Banega.
El de Moañas no puede desaprovechar la oportunidad ante la elevada competencia en ataque, con un
Bacca intratable y que le tiene tomada la medida al Standard y un
Gameiro que regresó de su lesión con gol al Elche. De ser el gallego la referencia arriba, Emery se reservaría un arsenal en el banquillo por si el plan inicial no funciona y se necesita un revulsivo. Un auténtico lujo sólo al alcance de los equipos de primera clase.