El Deporte Rey está lleno de tópicos que los profesionales utilizan para mostrar su recelo ante un rival inferior. “No hay rival pequeño”; “la eliminatoria está al 50 por ciento”; “fútbol es once contra once”... Cualquiera de ellos podría servir perfectamente a los jugadores nervionenses de cara al duelo de mañana ante el
Sabadell, en la ida de los dieciseisavos de la
Copa del Rey.Frases tan repetidas que, sin embargo, no dejan de ser ciertas. Y en Nervión lo saben por propia experiencia. No en vano, en la memoria se mantiene fresco el recuerdo del fiasco perpetrado en esta competición la pasada temporada. Una espina clavada en el currículum de
Emery como sevillista. Quizás su único fracaso. Una asignatura pendiente a la que muchas veces se ha referido y que tiene bien estudiada, con el afán de aprobarla en su primera reválida.
Con el corazón aún latiendo a mil por hora por el trepidante final del duelo ante el
Villarreal, el vasco insistía en sala de prensa que había que pensar ya en el Sabadell. “Podemos disfrutar como mucho doce horas”, bromeaba, aunque, a buen seguro, su afirmación no distaría mucho de su verdadero pensamiento. Porque Emery quiere que todos sus pupilos estén mentalizados de la importancia del duelo de mañana en la
Nova Creu Alta, concienciándoles del peligro de una posible relajación.
“Con la camiseta no se gana. Somos los que estamos en
Primera, pero somos once contra once y tenemos que pensar eso, porque si no nos puede pasar lo mismo que contra el
Racing. Tenemos que aprender de la lección de la pasada temporada”, comentaba Carlos
Bacca aún con la euforia del triunfo ‘in extremis’ del pasado domingo, expresando así una opinión consolidada en el vestuario, como también dejó patente
Carriço: “Es un equipo de una categoría inferior, pero tenemos que respetar al rival sea cual sea su categoría y hacer el mismo trabajo”.
Son sólo dos ejemplos, pero a buen seguro todos y cada uno de los componentes del plantel blanquirrojo han sido bien aleccionados a este respecto por Emery, que en su momento pidió perdón a la afición tras la eliminación a manos del Racing de Santander. Un fracaso más inesperado si cabe tras vencer por 0-1 en
El Sardinero y sucumbir por 0-2 en el
Pizjuán, y que en Nervión no quieren revivir bajo ningún concepto.
Menos aún tras conocer el camino que les separa de una soñada final. Y es que, aunque en el mismo podría encontrarse con el
Valencia en cuartos o con el
Athletic en semifinales, el conjunto sevillista cuenta con la ventaja de no verse las caras con ninguno de los tres poderosos,
Barça, Madrid y
Atlético, hasta el 30 de mayo, fecha en la que se pondrá en juego el título. Aunque recurriendo a los tópicos inicialmente referidos, en el Sánchez Pizjuán pensarán que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo.