Nervión labra a Deulofeu a base de ambición y coraje

Ahora que está tan de moda en el seno del vestuario sevillista el ´Dicen que nunca se rinde´ del Himno del Centenario, hay un integrante del primer plantel nervionense que, junto a éste, se ha empapado de aquel de Ángel Luis Osquiguilea de Roncales; ese himno que cierra todos los partidos en el Sánchez Pizjuán y que define a los de Eduardo Dato como ´El equipo de la casta y el coraje´. Ese es Gerard Deulofeu, un ´crack´ en construcción que no tiene sitio en el Barcelona de Luis Enrique y que disfruta de una oportunidad de lujo para hacerse a sí mismo en el Sánchez Pizjuán, donde Unai Emery y el resto de sus compañeros le están dando un curso intensivo de cómo hacerse futbolista de elite en Primera división y en un equipo con aspiraciones.


Que al canterano azulgrana no le faltan condiciones y que está sobrado de cualidades es algo que ni siquiera el técnico culé duda, pero eso no quiere decir que a Deulofeu aún no le falte cierta maduración sobre el terreno de juego; especialmente a la hora de defender.


Y junto a Emery, son varios los jugadores de jerarquía que se encargan de recordarle su rol en Nervión, potenciando sus virtudes de cara al ataque y recriminándole aquellos automatismos viciados que aún tiene que limar. De ahí que no resulte extraño ver a jugadores con galones como Bacca o Krychowiak recriminándole ciertos detalles, como ocurrió con el colombiano el pasado domingo, ante el Villarreal; o con el polaco, ante el Standard. El objetivo está claro, potenciar sus cualidades y darle forma a un ´crack´ a base del ADN sevillista: ambición, casta y coraje.