Emery y los suyos tienen una asignatura pendiente. Después de cuatro salidas ligueras, más otros dos desplazamientos europeos, el conjunto nervionense sigue sin conocer la victoria lejos de su feudo, presentando un pobre bagaje, en cuanto al campeonato doméstico se refiere, de tres empates, frente a Málaga, Levante y Eibar, y una derrota, en Las Palmas.
Con estos números, las huestes sevillistas acudirán este sábado a Villarreal con la firme intención de vencer para proseguir su escalada hacia la cima y, al mismo tiempo, poner fin a una racha inédita en los últimos tiempos. No en vano, el cuadro blanquirrojo no enlaza cinco partidos a domicilio sin ganar desde octubre de 2013, poniendo fin al mes siguiente, frente al Espanyol (1-3), a 22 duelos como visitante sin conocer el triunfo. Una pésima serie que se inició con Míchel la campaña anterior, la 12/13, y que continuó con el propio Emery.
El de Hondarribia, en sus comienzos en el banquillo sevillista, fue incapaz de vencer lejos del Pizjuán en los nueve partidos que afrontó en su primer curso, desde que accediera al cargo en enero, y en los seis primeros de la 13/14, en la que su equipo sumaba dos puntos menos a estas alturas, acabando quinto y con la conquista de la Europa League.