Análisis

Sin dominar las áreas, el guión es previsible

Inocente arriba y blando atrás, el Sevilla echa en falta la pólvora de antaño y sigue sin solucionar sus graves problemas defensivos.

Sin dominar las áreas, el guión es previsible
Sin pegada no hay paraíso. - Fernando Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 2 min lectura
Emery puso en liza la artillería que reservó en balde en Anoeta, incluyendo en la medular a Krohn-Dehli como gran novedad. Con ello, el vasco pretendía quitarle el balón a un Gladbach que se encuentra cómodo con él. En la práctica, sin embargo, eran muchos los problemas para salir de la cueva, siendo el danés quien se descolgaba sin éxito para ello y quedando Banega demasiado lejos.

En la contención, además, Krychowiak se veía muy solo y el Gladbach se plantaba con mucha facilidad en las inmediaciones del área de Rico, bombardeado una y otra vez por disparos lejanos. Hasta 19 remates concedieron los nervionenses que, aún así, también tuvieron sus ocasiones. Pero arriba no hay dinamita y atrás falta contundencia, viendo cómo todo se torcía en una nueva desaplicación defensiva, al permitir entre Kolo y Trémoulinas que Stindl rematara solo en boca de gol.

No varió el guión tras el descanso. Siguió disparando el Gladbach y errando en todas sus llegadas el Sevilla, viviéndose hasta el 2-0 un partido de ida y vuelta que cayó del lado de quien supo dominar las áreas, evitando Rico una goleada aún más sonrojante ante la verbena defensiva blanquirroja.
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