Athletic Club 3-1 Sevilla FC: Basilea, Basilea... y el Calderón

Toda una temporada sin sumar a domicilio, errores de patio de colegio a la hora de la entrega y de intentar sacar la pelota jugada, falta de intensidad de ciertos futbolistas... Pero poco, o nada, importa todo ello, más cuando los de Nervión se juegan dos finales en los próximos días y cuando en la Liga no hay nada en juego desde hace varias semanas. Y es que en San Mamés, como era de esperar, se notó quiénes luchaban verdaderamente por algo y quiénes no. Así, se pudo ver a un Athletic que quería auparse al quinto puesto de la Liga y a un Aduriz que quería alzarse con el Zarra. Enfrente, a un Sevilla en el que también brillaron los canteranos, con ganas de demostrarle a Emery que ahí hay futbolistas para rato. Carmona debutaría en Primera y Juan Muñoz se estrenaría como goleador en la elite.

Con todo ello, se vivió una primera parte sin intensidad en la que a un Sevilla de circunstancias le costó muchísimo sacar la pelota de la zona defensiva, llegando así el primer gol bilbaíno en el minuto once, cuando Aduriz aprovechó un rechace en el área de Sergio Rico después de que el de Montequinto hubiera detenido un lanzamiento de Raúl García que propiciaron N'Zonzi y Cristóforo, con un fallo garrafal a la hora de entregar la pelota. Sería nuevamente Aduriz, en el 31', quien hiciera el segundo del Athletic Club, aprovechándose en el área de un balón colgado al segundo palo desde la izquierda. Tras ganarle la espalda al canterano Diego González, tan sólo tuvo que empujar el esférico para cambiarle la dirección del balón a Sergio Rico y firmar el 2-0. Un marcador que bien pudieron ampliar los bilbaínos, pues brindó N'Zonzi otro fallo en la entrega en el que Rico tuvo que evitar el mano a mano ante Aduriz.

Tras haber visto cómo Álvarez Izquierdo expulsaba a Coke, en el banquillo, por reiteradas protestas tras una mano rival no pitada, los de Unai Emery se fueron a vestuarios sin apenas haber buscado la portería rival, siendo un cabezazo del canterano Diego González a un córner botado por Konoplyanka y otro remate de Iborra a pase del ucraniano las únicas aproximaciones sevillistas durante los primeros 45 minutos. Un descanso que el de Hondarribia aprovechó para darle refresco a sus hombres de cara a Basilea, dándole entrada a Carriço, por Rami, y a Krychowiak, por N'Zonzi. Con ellos, más de lo mismo, un Sevilla con la mente en otro sitio y un Álvarez Izquierdo que lo dejó con diez tras expulsar a Kolo por protestar una agresión de Raúl García. Instantes antes, había sido Juan Muñoz quien, a pase de Curro, había acortado distancias en el luminoso. Un marcador que, sin embargo, no sería definitivo, pues Raúl García haría el 3-1 en el 70'. Tras ello, esperar a que el reloj marcara el final del partido y el inicio de lo verdaderamente importante hoy por hoy: Basilea, Basilea... y el Calderón.