Presentado este miércoles

Reyes, tras la estela sevillana de Francisco y Gabino en el Espanyol

Reyes, tras la estela sevillana de Francisco y Gabino en el Espanyol
José Antonio Reyes en su presentación como jugador 'perico'. - R. S.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 4 min lectura
José Antonio Reyes, quien ha fichado por el Espanyol por las dos próximas temporadas, seguirá la estela dejada en los 'pericos' por otros jugadores encuadrados por su juego en la llamada 'escuela sevillana' como fueron el centrocampista Francisco López Alfaro y el delantero Gabino Rodríguez. El toque, el regate, la improvisación, la visión de juego, la chispa, el adorno o el ver huecos donde otros no son capaces son algunos de los rasgos definitorios de lo que se conoce como 'escuela sevillana' y que ahora llega al Cornellá-El Prat de la mano de José Antonio Reyes.

No en balde su valedor, el entrenador Quique Sánchez Flores es hijo del jerezano Isidro (Real Betis y Real Madrid) y jugó como un finísimo centrocampista en el equipo escolar del colegio Portacel', ubicado junto al Sánchez Pizjuán y caracterizado por su exquisito trato del balón, durante los años en los que estudió en Sevilla. En esos años, debutó en Primera el internacional Francisco López Alfaro, quien se puso por vez primera la camiseta del Sevilla en la temporada 1981-82 de la mano de Manolo Cardo en un partido que el equipo sevillista ganó en Zaragoza por 0-4 y que supuso el comienzo de una carrera marcada por su clase y su personalidad.

Lo primero cimentó su trayectoria de casi una década en el Sevilla junto a un carácter, dentro y fuera del campo, que le hizo ser discutido por parte de la afición sevillista pese a un juego caracterizado por su visión de los espacios, por imponer los ritmos de los partidos y por sus desplazamientos en largo.

Francisco (1962), internacional en 20 ocasiones, jugó la final de la Eurocopa de 1984 que España perdió ante Francia y, casi con treinta años, emprendió en 1990 una exitosa carrera en el Español, equipo en el que se retiró en 1997 tras disputar más de doscientos partidos con la camiseta blanquiazul. Ese año, ya con 34 años, protagonizó una de las anécdotas más comentadas del fútbol español cuando el Espanyol le puso una cláusula de rescisión de 70.000 millones de pesetas para ironizar con las astronómicas cifras que entonces se manejaban y, sobre todas, los 65.000 millones en los que el presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, tasó a su estrella brasileña, Denilson de Oliveira.

Antes que Francisco López Alfaro, jugó en el Espanyol otro de los más destacados jugadores de la cantera sevillana, el bético Gabino Rodríguez, quien había despuntado en la temporada 1984-1985 en el Logroñés, donde jugó cedido durante su servicio militar, y que a su vuelta a Sevilla se convirtió en ídolo del Benito Villamarín.

Vertical y descarado en el regate, Gabino permaneció en el Betis desde 1985 a 1988, fecha en la que fue fichado por el Espanyol de Javier Clemente y permaneció tres años en Barcelona antes de regresar al equipo verdiblanco (1991-1993).
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