El Sevilla suspira para que el desenlace final de hoy sea como en los dos anteriores encuentros en los que se topó con el colegiado serbio
Milorad Mazic. La primera, de gran recuerdo para el sevillismo, fue en la 13/14 en un Valencia-Sevilla recordado por el gol de M’Bia en la prolongación que dio el pase a la final de la Europa League.
Y, en aquella final, con el
Benfica como contrincante, el colegiado balcánico estuvo presente como cuarto árbitro en la final de Turín en la que el cuadro de Nervión se impuso en la tanda de penaltis.
Precedentes aparte, la esperada final entre Sevilla y Real Madrid por la Supercopa de Europa supone la primera gran cita para este colegiado nacido en Vrbas, una localidad de 25.000 habitantes situada a 130 kilómetros al norte de Belgrado, hace 43 años. Casado y padre de dos hijos, señala: “Siento emoción y orgullo, pero uno debe recordar que hay que estar concentrado y confiado antes de los partidos y después del pitido inicial”, dijo en una entrevista a la web de la
UEFA. Pese a ser su primera gran cita futbolística, Milorad Mazic cuenta con un nutrido bagaje a sus espaldas.
Acumula
205 encuentros en su trayectoria, con una media de 4,31 tarjetas amarillas, por lo que no es un colegiado que abuse de las amonestaciones. Pese a que el campeonato serbio, donde suma más de cien partidos, no es de los más relevante del continente, contabiliza 24 partidos en Champions y 20 en Europa League. Recientemente, dirigió tres choques de la Eurocopa de Francia, entre ellos el España-Turquía (3-0).