Sólo cuatro tiros a puerta

Uno de los aspectos que más llaman la atención de este nuevo Sevilla, hasta el punto de haber comenzado a despertar cierta incertidumbre al respecto, es su falta de pegada desde que comenzara a competir de manera oficial el pasado 9 de agosto, cuando dio el pistoletazo de salida a la 16/17 frente al Real Madrid. Una final correspondiente a la Supercopa de Europa en el que los de Nervión se vieron obligados a llegar hasta la prórroga por culpa de un gol de Sergio Ramos en el tiempo añadido; 120 minutos de encuentro en el que los blanquirrojo acabaron siendo derrotados por 3-2 y en los que de Sampaoli sólo tiraron en tres ocasiones entre los tres palos, una de ellas de penalti (Konoplyanka). Las otras dos, el gol de Franco Vázquez desde el balcón del área y un tiro lejano del portugués Daniel Carriço que acabó repeliendo el arquero merengue Kiko Casilla.

Una ausencia de pegada en Trondheim (Noruega) que se vio aún más potenciada el pasado domingo durante la puesta de largo del equipo en el Sánchez Pizjuán, correspondiente a la ida de la Supercopa de España frente al Barcelona. Un encuentro en el que los de Sampaoli acabaron perdiendo por 0-2 pese a las buenas sensaciones de la primera mitad y en el que, lo más preocupante, sólo tiró una vez entre los tres palos. Un lanzamiento que, de hecho, ni siquiera lo fue, correspondiéndose más a un rebote en el cuerpo de un peleón Vitolo durante un balón dividido en el área de Claudio Bravo, que acabó atajando el esférico, que salió mordido. Un total de cuatro tiros en 210 minutos que explican, en parte, lo imposible de ganarle así al Real Madrid y el Barcelona, mostrándose un Sevilla que intenta llevar el protagonismo pero que, entre pase y pase, acaba muriendo en las inmediaciones del área rival sin que nadie acostumbre a finalizar las jugadas. Un rol en el que el argentino Luciano Vietto no ha destacado por ahora, evidenciándose una falta de referencia arriba que el próximo miércoles podría buscar Sampaoli en la figura de Wissam Ben Yedder, quien ante el Barcelona, durante los últimos 20', se mostró mucho más participativo que su compañero de equipo.