Sampaoli, contra la maldición fuera

Dentro de su manera de ver el fútbol, Jorge Sampaoli no concibe establecer diferencias de estilo cuando el equipo juega en casa y cuando lo hace fuera. El partido en El Madrigal contra el Villarreal será la primera oportunidad de comprobar este axioma y de ver si el Sevilla deja atrás esas dos caras que mostró la temporada pasada con Emery en el banquillo. Un equipo dominador en el Sánchez Pizjuán, pero que no fue capaz de sacar ni un sólo triunfo a domicilio en todo el curso liguero. Hay que irse al 23 de mayo de 2015 (15 meses atrás) para encontrar el último triunfo como visitante de los de Nervión. Fue en La Rosaleda por 2-3 y no sirvió para adelantar al Valencia en la tabla y ser cuartos. La clasificación para la Champions vendría más tarde vía Europa League.

A Emery se le achacaron sus planteamientos demasiado defensivos cada vez que el Sevilla salía del Sánchez Pizjuán, donde convirtió a su equipo en un rival temible. Pese a que el técnico defendió que la idea era la misma dentro y fuera, sobre el terreno de juego se veía un Sevilla más conservador, algo que acababa traduciéndose en el marcador. En partido oficial el Sevilla ha jugado sólo un partido oficial a domicilio.

Fue en el Camp Nou y aunque el resultado no fue para nada el deseado por los blanquirrojos, sí que demostraron que el estilo es innegociable y que irán a por los encuentros sin importar el rival que haya enfrente o el escenario.

En El Madrigal, el Sevilla se encontrará un rival herido por su eliminación en la Champions y que la temporada pasada sólo perdió tres encuentros como local en el campeonato liguero, pero también con un conjunto vulnerable que se estrenó en casa este curso perdiendo con el Monaco. Además, los hispalenses no tienen malos números cuando han jugado en El Madrigal. La temporada pasada (2-1) rompieron una racha de tres visitas consecutivas puntuando (dos victorias y un empate). El Sevilla puntuó allí en 9 de 14 visitas.