Toque mágico de Samir Nasri

Jorge Sampaoli decía en la previa del encuentro disputado ayer en el Maksimir que el Sevilla no podía ser favorito, ya que el juego de su escuadra, hasta el momento, se estaba basando más en individualidades que en el juego de equipo que él está buscando desde que desembarcó en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Sin embargo, en esta tercera jornada de la Champions League, el primer plantel nervionense se acercó un poco más a lo que quiere el entrenador argentino. Y es que, desde el primer momento, con la renuncia de los croatas al esférico, el cuadro blanquirrojo se hizo dueño de la pelota, llegando incluso a superar el 70% de la posesión en algunos momentos de la primera mitad. Para ello fue clave la acumulación de hombres en el centro del campo, pero faltó algo de velocidad en esa monopolización de la pelota y el Dinamo estaba encerrado en su campo.

Mariano y Escudero entraban por sus bandas, aunque el brasileño la tenía toda para él. Fue justo por ahí, después de una dejada atrás del 'Mudo' que recogió Nasri, entre Vietto y el '3' blanquirrojo fabricaron la jugada que remató al fondo de las redes el franco-argelino con un toque mágico. Celeridad en los movimientos y con las cosas claras, ingredientes para que el '10' continuara en racha, demostrando que está enchufado. Pero justo eso, concentración y decisión, es lo que no tuvo el Sevilla en la segunda mitad, cuando le dio vida a los croatas, que llegaron a creerse que podrían haber empatado el duelo. Al final, los automatismos y el juego coral que se pudo ver acabó quedándose en un toque mágico de Samir Nasri.