El análisis del Sevilla-Leganés

La prioridad excluyente

La prioridad excluyente
- Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 2 min lectura
Establecer prioridades no conlleva necesariamente un menoscabo tan flagrante a otros intereses como el provocado ayer por Sampaoli con una preferencia excluyente. Su once, desnudo prácticamente de chispa, agravó el problema de frescura e ideas que el Sevilla arrastraba desde hace un tiempo. El casildense construyó un equipo con distancias abismales y con Kranevitter aislado en la zona de salida, rodeado de contrarios y sin el apoyo pertinente de la segunda línea, lo que propiciaba pérdidas en la elaboración como la que supuso el 0-1 en el arranque. El Leganés, consciente de esta debilidad, presionó en campo sevillista, siempre con marcas muy ajustadas para impedir pensar a un rival espeso desde el inicio y que, con tanto espacio desocupado en la medular, sufría cuando los pepineros recuperaban, con repliegues y transiciones deficientes. Sólo Jovetic ofreció un ápice de luz con sus apariciones para recibir aunque apenas le llegaron balones más allá de pelotazos largos por los que optaron en la retaguardia por la ausencia de vías en corto.

Sin N’Zonzi ni Nasri, el único chispazo de su supuesto reemplazo, Franco Vázquez, habilitó al montenegrino para el empate, un espejismo prolongado en los dos primeros minutos de la reanudación, porque los refuerzos en el descanso -N’Zonzi y Vietto- con la consecuente variación táctica -línea de cuatro atrás- no supusieron ninguna mejoría reseñable ni tampoco la entrada de Iborra. Era el momento para Ganso, con poco ritmo pero capaz de aportar ese matiz diferenciador a un Sevilla plano con el esférico y sin consistencia en la contención. Pero en el amateurismo no cabe lugar para su magia ni cuando realmente la situación lo requiere por mor de excesivas rotaciones que desacreditaron el discurso previo de Sampaoli.
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