El rival más complicado del Grupo E salió del Bombo 3: un pentacampeón de la
Champions. El
Liverpool buscará la revancha ante un
Sevilla que le venció con autoridad en la final de la
Europa League de 2016, cuando
Jürgen Klopp apenas llevaba unos meses al frente del equipo 'Red'. Tras una brillante 16/17 en la Premier y una pretemporada en la que, por ejemplo, ha goleado a equipos como el Bayern (0-3) o el Hoffenheim (le endosó un 6-3 en el 'play off'), la imagen es distinta a la que se vio en Basilea; la última referencia que tienen los sevillistas.
El
Liverpool se ha adaptado a esa marcada
idea de juego que su técnico implantó en el Borussia de Dortmund: un equipo intenso, que presiona con fe la salida de balón rival y que, cuando logra recuperar, monta con rapidez eléctricas transiciones ofensivas con muchos efectivos.
Para ello,
se ha reforzado bien en las bandas, esenciales para el germano, que juega con dos laterales largos y extremos dinámicos. Fichó al lateral zurdo
Andy Robertson (ex del Hull City), que llegó para echar a un
Alberto Moreno que se ha aferrado al puesto, y al extremo
Mohamed Salah, fichaje estrella del nuevo proyecto y por el que ha pagado 42 millones de euros a la Roma. El egipcio será el puñal por el costado derecho, con
Sadio Mané por el zurdo y con un
Roberto Firmino cada día más completo en la punta.
Les cubren las espaldas
trabajadores de ida y vuelta constante como
Emre Can, Henderson, Milner o Wijnaldum; aunque el elemento diferenciador -por su pausa, desborde, magia y creatividad- es
Coutinho. De ahí que no le dejen salir.