La felicidad también brota de la solidez

La felicidad también brota de la solidez
Lenglet y Carriço cuajaron un gran partido ante el Eibar. - F. Mateos
Fernando MateosFernando Mateos 4 min lectura
La casa se empieza por los cimientos. Por ello, casi todos los entrenadores, con contadas excepciones, vuelcan gran parte de sus esfuerzos en dotar de un eficaz sistema defensivo a sus equipos, el sostén necesario a partir del cual poder crecer. Y ese el caso de Eduardo Berizzo, que aunque pregona un estilo de fútbol vistoso y atrevido, no para de recordar que hay que conseguir ser sólidos atrás, objetivo que poco a poco va consiguiendo.

Después de las dudas ante el Espanyol y de la mejoría experimentada en ese aspecto en el pobre partido de Getafe, contra el Eibar se vio al Sevilla más seguro de este arranque de curso. Fue la magia de Ganso, Sarabia o Nolito la que desató el júbilo, pero no es menos cierto que el Eibar, un rival siempre incómodo, apenas inquietó la portería de Sergio Rico, que intervino por primera vez en el alargue del primer tiempo.

Con Simon Kjaer, el central más caro de la historia, en el banquillo, y el capitán Nico Pareja en la grada, Carriço y Lenglet firmaron una gran actuación en el eje de la zaga, pero fue el sistema en global el que permitió anular la capacidad ofensiva rival y no pasar apuros, sumando así el segundo partido consecutivo sin encajar, con lo que sólo Baptistao, en la primera jornada de Liga, ha logrado batir la meta sevillista en estos tres primeros encuentros.

Un dato que adquiere relevancia si se echa un vistazo atrás. No en vano, el conjunto nervionense nunca lo consiguió en sus 24 temporadas anteriores en Primera, siendo en la lejana 89/90 la última vez que se presentó en la cuarta fecha liguera con sólo un tanto en contra, con Cantatore en el banquillo y Martagón, Jiménez, Diego, Nando o Salguero como defensas.

Mucho más común, en cambio, es la puntuación firmada a estas alturas por el equipo de Berizzo. Se podría decir, de hecho, que se trata del arranque preferido del Sevilla, pues en cinco de las últimas ocho temporadas comenzó de la misma forma, con siete puntos de nueve posibles.

Así sucedió en la 10/11, con Antonio Álvarez al frente; en la campaña siguiente, con Marcelino García Toral; en la 14/15, con Unai Emery; y el pasado curso, con Jorge Sampaoli.

El ‘Toto’, por tanto, iguala de momento los guarismos de todos ellos, habiendo que remontarse a la histórica 06/07 para encontrar un arranque mejor, sólo posible con un pleno de tres triunfos, el mismo que consiguió el equipo entrenado por Juande Ramos.

Pero aunque aún es pronto para comparar y todos en Nervión son conscientes de que debe mejorar el juego, en busca de una mayor fluidez, las alegrías, de momento, también brotan de ese sistema defensivo que tantas críticas recibió con Sampaoli. Cada maestrillo tiene su librillo y en el de Berizzo, a priori, la defensa ocupa un lugar relevante.
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