Ante otro rival, en distinto escenario, posiblemente al
Sevilla le habría bastado con su puesta en escena en el
Wanda Metropolitano, como ocurrió en la mayoría de partidos anteriores. Cada vez más ordenado, con líneas cohesionadas, con la intención de tomar la iniciativa y golpeando cuando, a través de la paciencia, se presentaba la oportunidad. Pero ante el Atlético, se necesitan más argumentos y, sobre todo, capacidad para desenvolverse en una situación adversa en la que prácticamente no existe un respiro. Ayer el
Sevilla compitió contra el
Atlético en su terreno, con una intensidad desconocida el curso pasado y con el concepto de bloque en un nivel muy avanzado.
Acumuló hombres en el centro del campo para proponer una batalla en la que dominar el balón, y durante varias fases lo consiguió, evidenciando por momentos una circulación superior a citas anteriores merced a la asociación de futbolistas de toque como
N'Zonzi,
Banega o el '
Mudo'. No obstante, el muro atlético requiere más vértigo y profundidad para superarlo, por lo que el desequilibrio quedaba a expensas de una genialidad o un error, y fue el Sevilla el que lo cometió por medio de
Steven N'Zonzi. Un fallo que, no obstante, se produjo en el primer minuto de la reanudación, con tiempo para solventarse, pero entonces fue cuando se acusó realmente la ausencia de ideas para causar daño a un
Atlético más cómodo si cabe en su rocoso repliegue y sin dejar un resquicio en la zona de influencia.
No hubo reacción, ni 'plan B' más allá del desequilibrio puntual del
'Tucu' Correa, para dar ese paso al frente y poner en verdaderos apuros a los de
Simeone.