Valencia-Sevilla: Qué mejor medicina que el triunfo

Mirando la tabla, con un Sevilla quinto que puede superar a su rival, segundo, en caso de victoria, podría pensarse que Mestalla acoge un choque de altos vuelos entre dos rivales directos que disfrutan de un dulce momento. Una realidad sólo a medias. Porque las sensaciones también cuentan en el fútbol. Menos que los puntos, pero cuentan. Y mientras el Valencia encandila a una afición que casi había arrojado la toalla, con Marcelino como héroe che, Berizzo y su Sevilla están en el punto de mira de una afición que, en gran medida, parece haber perdido la confianza en el argentino a las primeras de cambio.

Han sido tres las derrotas de un equipo que antes de morder el polvo, eso sí, ganaba, pero dejaba también dudas. Sólo tres tropiezos, pero todos ante los rivales de más peso que ha tenido enfrente. Y todos a domicilio. Por eso, sobre Mestalla, una plaza siempre hostil que no olvida el cabezazo de M’Bia, revolotearán esta tarde todos los fantasmas que persiguen al Toto’. Algunos hablan incluso de destitución, algo prematuro a todas luces. Pero no es menos cierto que otro varapalo esta tarde minaría sobremanera la moral de la tropa y dispararía unas críticas que señalan directamente a la ausencia de un patrón determinando en el juego del equipo, aunque la planificación también merecería otro capítulo.

Por todo ello, urge una reacción. Inmersos a todas luces en una crisis, que incluso podría alegrar a algunos para urdir planes presidenciales, Berizzo y su Sevilla necesitan vencer y convencer. Aunque el argentino no enarbolará la bandera de la revolución. Su idea seguirá siendo la de tener el balón y para ello confeccionará un centro del campo con Banega y Franco Vázquez, como él mismo confirmó, por delante de Pizarro, sustituto de un N’Zonzi que no se ha recuperado a tiempo de su esguince.

Junto al ‘Mudo’, otras novedades con respecto a la debacle en tierras rusas serían la entrada de Jesús Navas en lugar de Sarabia y la de Muriel por Ben Yedder, en busca de esa pólvora que faltó en Moscú y que condenó a un conjunto nervionense desarbolado en defensa.

Precisamente la zaga, sin embargo, será la única línea que a priori no experimentará cambios, ya que las lesiones de Carriço y Nico Pareja dejan poco margen de maniobra y Corchia no acaba de convencer a Berizzo, como demuestra que disfrute tan poco de esas múltiples rotaciones que tantas dudas generan.

Mucho más claro tiene su bloque Marcelino, que en Nervión no pudo sacar rédito a ese estilo sustentado en la solidez que en el Valencia ha encontrado brillo gracias al resurgir de Dani Parejo, la aparición de Guedes o el olfato de Zaza. Un once definido que buscará negarle al Sevilla la más preciada medicina para sus males: la victoria.