La depresión es total. No se ve ningún resquicio por el que mirar al futuro con optimismo. Todo es negativo en
Nervión. Rebasado el ecuador de enero, siguen sin llegar más fichajes que el de un joven lateral brasileño que, de momento, no está para jugar, de ahí que hoy tampoco se vaya a vestir. Resulta evidente que el equipo necesita ser reforzado en todas sus líneas, pero
Arias, con el pobre porcentaje de acierto veraniego, sigue mirando al mercado mientras se pierde en comparaciones con
Monchi.
Pero aunque a él se lo parezca, no resulta tan extraño, en realidad, que a un profesional se le compare con su antecesor en el cargo. A
Sampaoli, por ejemplo, le pesó la herencia de don
Unai Emery, pero llegó
Berizzo e hizo bueno el ´amateurismo´. Y ahora, aunque sin tiempo para trabajar,
Montella afronta su quinto partido en 14 días con la obligación de comenzar a demostrar que el relevo en el banquillo no fue un error. Para ello, debe corregir la alarmante fragilidad de un equipo al que cualquiera le hace goles. Pero, principalmente, debe sacar el carácter de un conjunto apático, sin alma, y a partir de ahí elevar el rendimiento individual de unos jugadores que están rindiendo casi sin excepción muy por debajo de su verdadero nivel.
Porque, aunque la planificación, la actual y la heredada, tiene muchas carencias, no es menos cierto que el
Sevilla tiene mimbres para dar la cara en el
Metropolitano. Eso, al menos, es lo que le pide su afición. En estos momentos, pocos se rascarían el bolsillo para apostar de veras por una sorpresa en un feudo siempre hostil. Pero lo que sí resulta obligado es cambiar la imagen de los últimos partidos, transformarla para dar un hilo de esperanza a un sevillismo que exige compromiso.
A partir de ahí, el fútbol de
Banega y el olfato de
Ben Yedder es ahora mismo casi lo único a lo que aferrarse, por lo que urge sacar una respuesta concreta de jugadores como
Nzonzi, de su implicación o no.
El francés, suplente ante el
Alavés, podría volver, a priori junto a
Pizarro, a un once al que también regresará
Escudero tras sus molestias, pero del que se cae
Simon Kjaer, lo que hará que
Mercado pase al eje de la zaga y
Corchia vuelva al lateral diestro. Por lo demás,
Sarabia podría tener su oportunidad, al igual que
Correa por un
Nolito que se ha erigido en portavoz y hombre fuerte del vestuario.
Enfrente,
Diego Costa,
Griezmann,
Koke,
Godín... y el innombrable
Vitolo. Un
Atlético con el que hace no mucho se intentaba pelear de tú a tú pero que hoy tiene 13 puntos más en
Liga y parece estar varios escalones por delante.
Mantener vivo el sueño de la
Copa pasa por arrancar un buen resultado. Una oportunidad que puede ser un marrón.