M. United-Sevilla FC: Que lo cuenten las lenguas antiguas

M. United-Sevilla FC: Que lo cuenten las lenguas antiguas
- Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 4 min lectura
L o llaman el 'Teatro de los Sueños' y hoy concentra el de todos los sevillistas, ilusionados con la posibilidad de que su equipo pise con fuerza este prestigioso escenario y dote de verdadero sentido a su sobrenombre con la consecución de sus anhelos. Porque la cita de esta noche en Old Trafford es aquella con la que tantas veces ha soñado el sevillismo en la elite continental, aquella en la que los suyos al fin entierren sus complejos en octavos y se corone entre los ochos mejores del Viejo Continente.

Contra un gigante universal. En un estadio de ensueño. Y con un resultado que deja volar la imaginación tras lograr en Nervión mantener su portería a cero. Pudo ser mejor de no haber arrastrado en la ida su carestía en la definición pero el 0-0 permite creer en un pase que, no obstante, adquiriría la condición de proeza por la elevadísima complejidad de sostener en su feudo al Manchester United de Mourinho, muy por debajo de sus verdaderas prestaciones en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

El técnico luso maneja estas situaciones como nadie y evidentemente exigirá una versión sobresaliente del Sevilla para no enredarse en su entramado y sucumbir ante la trampa de las apariencias. Y es que los equipos de 'Mou' no precisan de su abrumador dominio para controlar los partidos y, sin duda, testará la capacidad de Montella para leer adecuadamente el duelo teniendo en cuenta que a los nervionenses les basta con cualquier empate más allá del 0-0, que propiciaría la prórroga y llevaría al límite al minado físico blanquirrojo.

Por ende, el guion perfecto contempla que los hispalenses se adelanten para forzar el estiramiento de los 'Red Devils', si bien para ello deberá superar su déficit de cara a puerta y sobreponerse a la ausencia de laterales diestros por las lesiones de Navas y de Corchia, y la baja de Layún, no inscrito. Montella ensayó ayer con Escudero a pierna cambiada en la derecha y Arana en la zurda, posible solución para no cambiar el sistema o desplazar de su posición a Mercado, la otra opción más factible con Kjaer en el eje, o Sarabia. De esta manera no renuncia al recorrido en las bandas pero asume riesgos por la falta de minutos del brasileño y la inexperiencia del pucelano en el otro carril. Por lo demás, desplegará su once de gala, con Nzonzi como único sostén en el centro del campo junto a Banega y con Franco Vázquez como vertebrador de la propuesta ofensiva entre líneas. Al flanco izquierdo regresará Correa, obligado a ayudar con vehemencia a Arana en el caso de que Montella utilice lo probado en la última sesión en Sevilla. La punta de lanza corresponderá a Muriel, ansioso por enmendar su error en la ida ante De Gea y tremendamente ilusionado por el prestigio de esta cita en Old Trafford, la primera oficial tras dos amistosos: el primero en 2006 con derrota y el segundo en 2013 con triunfo por 1-3. Conquistarlo supondría un éxito mayúsculo con el que se suavizaría la decepción de haberse bajado de la lucha por la Champions en LaLiga, ingresar diez millones más y firmar una hazaña con tintes históricos que se recordará de generación en generación. Porque sería digno de que lo contasen las lenguas antiguas.
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