El Espanyol recibe hoy al Sevilla después de enlazar seis jornadas seguidas sin perder por segunda vez en la temporada (la anterior racha fue en octubre), aunque con cuatro empates y sólo dos victorias que, eso sí, han servido para romper una dinámica de tres derrotas consecutivas. Y así, con un paso adelante y otro para atrás, lleva toda LaLiga un equipo tan vistoso como irregular.
Tras llevar por primera vez en su historia al Huesca a Primera división, Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ prefirió no comandar lo que, inevitablemente, iba a ser ‘cabeza de ratón’, sino dar un salto cualitativo, intentando que la ‘cola de león’ (de ‘periquito’ en este caso) rompiera las previsiones. Dicho y hecho. Los blanquiazules, con un vistoso sello propio, comenzaron la temporada como un tiro, si bien se desinflaron a partir de noviembre, para dar muestras de reacción ya en 2019.
Rubi, amante del fútbol de elaboración sin perder la consistencia, dibuja a los suyos sobre una inamovible base del 1-4-3-3 (con un 1-4-2-3-1 en momentos puntuales), que busca una solidez compatible con laterales profundos, y que tiene tres piezas claves: el ahora lesionado David López, que formó una gran dupla defensiva con Hermoso; Marc Roca, completísimo pivote; y Borja Iglesias un depredador de área. Al primero lo acompaña un ‘box to box’ como Darder y, últimamente Melendo, capaz de romper líneas, ha adelantado a Granero. Arriba, para escoltar al ‘9’ es fijo el revitalizante Wu Lei y Hernán Pérez o Ferreyra se disputan la otra plaza.