Palop: "Si no hay plenas garantías, deberían tomarse medidas drásticas"

Palop: "Si no hay plenas garantías, deberían tomarse medidas drásticas"
- I. M.
Isabel MoralesIsabel Morales5 min lectura
Dicen que los porteros están hechos de otra pasta y Andrés Palop es un buen ejemplo de ello. El que fuera portero del Sevilla, uno de los referentes nervionenses y héroe de Glasgow lo ha demostrado venciendo posiblemente en uno de los partidos más complicados de su vida, el que ha librado con el Coronavirus. El meta valenciano acaba de superar la enfermedad, aunque aún tiene algunas secuelas que tardarán un tiempo en desaparecer. "Falta la última prueba para determinar si lo he superado totalmente, que ahora cuando levanten el confinamiento tendré que ir a hacermela al hospital. Tienen que ver si la neumonía ha desaparecido totalmente, supongo que harán la prueba de los anticuerpos, pero en un principio, ya me comentaron que podía hacer vida normal, y que todo estaba correcto", confesaba el ahora comentarista deportivo en los micrófonos de El Larguero, donde relató cómo notó que podría estar contagiado.


"Cuando empiezas a toser te alarmas. Yo, en algunas épocas, suelo toser bastante. Pero, empecé a toser y con todo lo que escuchas te alarmas. Empieza el dolor de cabeza bastante fuerte. Hacía como nueve años que no me había puesto malo con una gripe o que hubiera tenido fiebre. Tenía presión en el pecho, perdí el gusto y el olfato y llegó la fiebre empecé a sospechar que podría ser coronavirus. Me puse en mano de los médicos. Me hicieron una analítica y al ver que había alteración en la sangre y problemas en la placa, ya sí me hicieron el test y me dejaron ingresado doce días por coronavirus".

Unos días en los que el dolor llegó a ser por momentos insoportable para Palop, al que al sufrimiento personal por la enfermedad se le unió el sentimiento de culpa por el temor de haber podido contagiar a la familia. "Ya en el hospital, la bata que me daban para ponérmela me dolía. Tenía la cabeza que no me podía tocar. Estaba abatido. No tenía fuerzas. Me enchufaron al gotero, antivirales, heparina... Me hicieron un tratamiento agresivo para que no fuera a más. Yo no estuve en ningún momento entubado, ni estuve en la UCI. Yo estuve en el nivel moderado, en planta y controlado. Lo pasé con meditación, buscando el lado positivo. Es un doble sufrimiento, la enfermedad, y el sufrimiento de pensar que he estado con mis hijos, con mi mujer, durmiendo juntos, besándolos. Pero, gracias a Dios, ellos estuvieron en cuarentena y no tuvieron ningún síntomas".

Doce días después de ingresar, recibió el alta hospitalaria y desde entonces permanece en su domicilio, de donde no ha salido por "responsabilidad y conciencia social". "No me atrevo a salir. Lo he pasado muy mal. La gente que ha salido en masa no son conscientes de lo que es la enfermedad. Yo aconsejaría que se llevara la mascarilla sí o sí. Sé que corriendo es complicado llevarla, pero los que salgan a pasear, que la lleven porque al final los que lo hemos pasado, sabemos la incertidumbre que se pasa, el miedo".

Y es desde su hogar desde donde está siguiendo todo lo que acontece alrededor de LaLiga. "Evidentemente, entiendo a la federación, a los clubes y de ahí que se estén hablando de diferentes escenarios. Ahora que el Gobierno está permitiendo ciertos movimientos, invita a ser un poco más optimista y a pensar que con un poco de tranquilidad y con buenos protocolos de actuación y primando la salud de las personas, se puede terminar la Liga dentro de un mes. Habrá que esperar a ver qué pasa dentro de un mes, cómo ha evolucionado la pandemia. Sería justo que se acabara LaLiga, aunque la salud de las personas está por encima de todo. Si no hay plena garantía, debería tomarse una medida más drástica".
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