Hablar en el
Sevilla FC de Rodrigo de Paul es hacerlo de una
vieja aspiración que, por una causa u otra, nunca se pudo concretar. Un año después de salir del Valencia,
en 2017, desde Italia asociaron su nombre al equipo de Nervión, algo que volvió a suceder en 2018 y 2019,
su agente admitió el interés e incluso se supo que
el club hispalense había estado siguiéndolo en varios partidos. Ahora, con 26 años y en la plenitud de su carrera, él mismo se pone en el mercado.
"Trabajé mucho en el final de temporada para llegar a esta última parte, siempre hice doble entrenamiento incluso cuando el técnico dijo que no y hoy estoy muy feliz de haber concluido con una victoria. Jugamos contra un equipo que está en un gran momento y que juega muy bien, lo preparamos así y estoy feliz por este resultado, un poco arrepentido porque no sé si jugué mi último partido con Fofana esta noche. Udine me hizo crecer mucho, me hizo un jugador flexible y me permitió unirme al equipo nacional de Argentina, le debo mucho a esta ciudad", aseguraba anoche el propio
De Paul a la conclusión del
Sassuolo-Udinese (0-1). Sus palabras han sido interpretadas como una despedida pese a que aún le quedan cuatro años de contrato con el equipo de Udine.
Su nombre está en alguno de los clubes más importantes de Europa y el del
Sevilla FC volvía a aparecer en los últimos meses. No en vano, por sus características y lo que aporta en el juego, la Inteligencia Artificial
lo ve entre los cuatro mejores recambios que podría tener Banega.No es el Sevilla el único interesado, pues también suena con fuerza la
Juventus y desde
Barcelona lo asociaron como posible sustituto, precisamente, de
Rakitic, quien a su vez podría aterrizar en la capital hispalense.
Su actual valor está tasado en 20 millones y, con tan amplio margen de contrato, no será una ganga, pero el jugador parece tener claro que ha dado
su último servicio al Udinese. Y eso es un punto a favor.